Esther Pablos, escritora novel de tan solo 26 años, presenta la segunda entrega de su trilogía "Los Apátridas: La sucesión" en la asociación toresana de Pro Culto, una historia a caballo entre la fantasía y la ciencia ficción que plantea una lucha entre el bien y el mal que no siempre las leyes son capaces de dirimir. La joven nació en Zamora, aunque toda su vida la ha desarrollado en la comunidad cántabra. El pasado viernes temas como la ingeniería genética o la inteligencia artificial, amén de sus publicaciones recientes, protagonizaron el coloquio impartido por la licenciada en Historia.

-¿Que naciera en Zamora es un pequeño empujón para venir a Toro a presentar su segunda novela?

-Sin duda. De vez en cuando me acerco hasta la ciudad para visitar a familiares y amigos, y en esta ocasión también para aprovechar la invitación de ProCulto y dar a conocer la novela.

-El año pasado nació la trilogía con "La Resucitadora" y este año ya tenemos "La Sucesión", va a novela por año, ¿a qué se debe este ritmo?

-Principalmente a que tenía la idea bastante desarrollada antes de empezar a escribir y desde un principio supe que me ocuparía tres libros. Es la primera vez que me aventuro a escribir una trilogía, ya que hasta el momento solo había escrito un libro de unas 500 páginas. No obstante, lo tenía todo muy claro y sabía perfectamente lo que quería plasmar sobre el papel, de forma que el proceso está siendo muy ágil, en realidad todo se está sucediendo muy deprisa. Más de lo que me esperaba.

-¿Cómo está siendo el recibimiento de esta segunda parte?

-La verdad es que hay bastante expectación. En las lecturas conjuntas que había planteado "Escarlata Ediciones" en diversos blogs se apuntaron muchos lectores, especialmente chicas muy interesadas en el libro. También había bastante gente esperando la llegada de este libro porque la lectura de "La Resucitadora" les había dejado ávidos de más.

-Hace pocos días anunciaba que ha concluido la tercera parte: El Asesino de Secuencias. ¿Cuándo lo veremos publicado?

-En teoría tenía previsto publicarlo para el próximo Sant Jordi, en abril. Pero, todo depende del tiempo que tenga mi editora para hacer ese trabajo, ya que al encargarse de la mayoría de autoras de la editorial tiene bastante faena y no siempre se pueden cumplir los plazos previstos.

-¿Después de finiquitar la trilogía qué proyectos tiene relacionados con la literatura?

-Mi intención es comenzar a escribir libros autoconclusivos. Principalmente sobre historia o ficción histórica porque es una temática que actualmente tiene muy buena cuota de mercado.

-¿Por qué el nombre de apátridas como título de la trilogía? ¿Alguna razón en especial?

-Sí, estuve barajando varios títulos para la trilogía, me decidí por este nombre porque el significado de la palabra se adecuaba perfectamente a lo que yo quería mostrar con esta historia, algo más realista a lo que se venía haciendo últimamente en el género. Que no quedara como el típico libro de ciencia ficción, sino algo más parecido a la realidad.

-Actualmente compagina la escritura con un puesto administrativo en el Ayuntamiento de Santander.

-Me gustaría mucho dedicarme únicamente a la escritura, pero actualmente las cosas no pintan muy bien para los escritores, de momento continuaré compaginando ambas profesiones. Sin embargo, en un futuro me gustaría poder dedicarme a contar historias en exclusiva.

-¿Cuán difícil es hoy publicar un libro?

-Depende también de las aspiraciones. Por un lado está la posibilidad de la autopublicación, que es una forma barata de llevar tu obra al público. Por otro lado las pequeñas editoriales están prestando un gran apoyo a los escritores noveles. Ahora bien, si quieres una editorial grande necesitas contactos, ya que no se suelen arriesgar con alguien poco conocido.

-Escribe ciencia ficción y fantasía. Actualmente las distopías como "Divergente" o "Los juegos del Hambre" copan dichos géneros. ¿Usted bebe de estos ejemplos?

-No, todo lo contrario. He intentado distanciarme de todas esas historias porque creo que es necesaria una cierta evolución en ese campo. No me gustan las distopías porque los personajes no consiguen desarrollarse de una forma muy compleja, digamos que solamente se centran en la supervivencia y a mí me interesaba abordar algunos aspectos algo más complejos.