De forma excepcional, las religiosas Dominicas que habitan el monasterio del Sancti Spíritus abandonaron ayer su clausura para participar en una procesión y en el rezo del rosario y de las vísperas en la cercana ermita de la Virgen del Canto, patrona de Toro y su alfoz. El convento fue el punto de encuentro de todos los participantes en este acto, organizado por la Corte y la Cofradía de la Virgen del Canto y las hermanas, con motivo de la conmemoración del VII centenario de la fundación del monasterio, el Año de la Misericordia y el VIII centenario de la confirmación de la Orden de Predicadores.

En el interior del convento, los participantes en este emotivo pero sencillo acto, iniciaron el rezo del rosario que prosiguieron durante la procesión que completó la corta distancia que separa el Sancti Spíritus de la ermita de la patrona. De hecho, las Dominicas son conocidas como las "monjas del Canto" por la estrecha relación que mantienen con la imagen de la patrona. Ya en el interior de la ermita y ante la venerada imagen, la priora del monasterio, María Cruz Bosch, recordó que, "son 700 años los que celebramos juntas", en los que se han sucedido momentos complicados, pero en los que la Virgen "siempre ha estado a nuestro lado". Incluso, como apuntó, las espadañas del monasterio y de la ermita "todos los días se miran y se saludan, desde que sale el sol hasta su ocaso", a la vez que recordó que la Virgen del Canto ha conocido a muchas religiosas que, durante siglos de existencia, han pasado por el convento y "todas hemos querido ser siempre tus amigas y vecinas porque eres nuestro consuelo, pero sobre todo nuestra esperanza". La priora también recordó los años en los que por diversas circunstancias históricas la imagen fue custodiada en el convento. En señal de agradecimiento a 700 años de protección, una de las religiosas depositó en el altar, ante la imagen de la Virgen del Canto, un ramo de once rosas blancas, el mismo número de monjas que, en la actualidad, habitan el Sancti Spíritus. Tras la ofrenda floral, las religiosas y los toresanos que quisieron acompañarlas, rezaron las vísperas y el acto concluyó con la entonación del himno de la Virgen del Canto.