La jornada de ayer fue un día especial para los propietarios de la fábrica de chocolate "La Superlativa de Toro". Un día que quedará en el recuerdo de Teodoro Rodríguez López y Epifanía Pascual Martín con motivo de su casamiento en la iglesia del convento de San José, perteneciente a la orden de las Carmelitas Descalzas de la ciudad, donde celebraron junto a su familia y amigos más cercanos sus bodas de oro.

La renovación de sus votos nupciales ha estado marcada por la emoción con la que ambos festejaron sus cincuenta años de feliz matrimonio. Una unión que tras cinco años de noviazgo, en el año 1966 se inició la vida en común de esta pareja que a lo largo de este medio siglo ha tenido dos hijas y tres nietos.

El enlace, celebrado durante la mañana de ayer en el convento de San José, fue una ceremonia sencilla y emotiva tras la cual familiares y amigos compartieron una comida en el Hotel Restaurante Convento I de Coreses.

Una jornada festiva de una familia cuya vida ha girado en torno a la elaboración del chocolate. Dicha actividad profesional comenzó antes de la unión, a mediados de los sesenta, de Teodoro Rodríguez López y Epifanía Pascual Martín ya que ambos pertenecían a sagas dedicadas a la elaboración del mismo.

En el caso de Epifanía Pascual, natural de Vezdemarbán, su unión al chocolate le llega de su abuelo Gregorio Pascual quien en 1870 fundó la fábrica de "La Fe" siendo uno de los pioneros en elaborar este producto en su casa que por aquel entonces se realizaba en el domicilio de los clientes. Una creación de este producto que continuó posteriormente su hijo Fernando Pascual, padre de Epifanía Pascual.

Por su parte, Teodoro Rodríguez, natural de Pinilla de Toro, es hijo de otro chocolatero, Alberto Rodríguez, quien en 1960 fundo en la localidad la fábrica de "La Superlativa".

Una elaboración del chocolate por parte de ambas sagas en la zona que se unieron en una única empresa y familia en el año 1966a raíz del enlace entre Teodoro Rodríguez y Epifanía Pascual que instalan la fábrica en Pinilla de Toro.

La unión de ambos cónyuges permitió que ambas familias prosperasen juntas en torno a la elaboración del chocolate en esta localidad hasta el año 1987. En esa fecha, el matrimonio trasladó la fábrica a Toro donde amplio y modernizó sus instalaciones manteniendo los cánones de elaboración artesanal. Una producción y crecimiento de esta empresa familiar que permitió a lo largo de los años ampliar su tamaño con la adquisición y absorción de pequeñas fábricas de chocolate ubicadas en Vezdemarbán. En la actualidad, este matrimonio sigue trabajando en la elaboración del chocolate en cuya empresa también trabajan sus hijas.

En definitiva, "La Superlativa de Toro" es una pequeña fábrica familiar que se ha convertido en un referente en la comarca toresana a raíz de la calidad de sus productos y el esmero en sus creaciones. Una empresa que ayer no estaba de enhorabuena por el valor de sus productos sino por la celebración del medio siglo de unión de dos familias y personas ligadas al chocolate, por las bodas de oro de Teodoro Rodríguez López y Epifanía Pascual Martín.