Lealtad y coraje. Estos valores marcaron la vida de Antona García, heroína de Toro que fue ajusticiada por su fidelidad a la reina Isabel durante la Guerra de Sucesión de los Reyes Católicos por la Corona de Castilla contra Juana "La Beltraneja". La vida de esta mujer impactó a la actriz toresana, Diana Medina, quien, cuando era una niña, escuchaba con atención el relato que le contaba su abuelo, Pedro de la Torre, sobre la heroína. Más de una década después, Medina encarnó ayer a este personaje sobre el escenario del teatro Latorre en el estreno de la obra "Antona García, heroína de Toro". El grupo Zarabencia, dirigido por Medina, representó este espectáculo en un teatro abarrotado y que sirvió para que el público pudiera conocer la historia de Antona García. Los 22 actores de Zarabencia, hicieron revivir a los espectadores una época en la que Toro jugó un papel fundamental en la Historia de España.

El colectivo teatral consiguió recrear a la perfección el ambiente que se respiraba en Toro en el año 1476 con una cuidada escenografía y un vestuario acorde a la época. Además, el público pudo disfrutar de otro aliciente: escuchar la música original compuesta para "Antona García, heroína de Toro" por el compositor local, David Rivas, con la que fueron ambientadas varias escenas de la representación.

Antona García residía en Toro con su esposo Juan de Monroy cuando, al comienzo de la Guerra de Sucesión, la ciudad cayó en poder del rey Alfonso V de Portugal, tío y esposo de Juana "La Beltraneja". Antona García suministró alimentos a los castellanos que asediaban la ciudad y, en su casa palaciega, se celebraban reuniones clandestinas a las que asistían toresanos para planear una sublevación contra los portugueses y abrir Toro a los sitiadores. Antes de que sus planes pudieran consumarse, fueron delatados y, el 9 de agosto de 1476, varios de los conjurados fueron condenados a muerte.

Ante 400 soldados portugueses, fueron ajusticiados en la Plaza Mayor. Se desconoce con exactitud si Antona García pereció junto a sus compañeros en la horca o si, como apuntan otras crónicas, perdió la vida por garrote vil en la reja de una ventana de su casa palaciega. La leyenda más extendida en Toro es que, tras su muerte, los Reyes Católicos mandaron dorar la reja de la ventana en la que perdió la vida.