La ciudad de Toro dio ayer su último adiós al empresario local Elier Ballesteros, de 75 años de edad, fallecido durante la madrugada del pasado viernes a consecuencia, al parecer, de una hemorragia interna sufrida en el accidente de tráfico en el que se vio involucrado durante la tarde del pasado jueves.

Una mañana la de ayer sábado en el que la conmoción y el dolor de los convecinos estaba muy presente al despedir a uno de sus ciudadanos "más queridos" en la misa funeral celebrada en la iglesia de la Santísima Trinidad. El templo se vio abarrotado de personas que querían acompañar a la familia y amigos del industrial en este duro trance, también estuvieron presentes dirigentes políticos como el alcalde de la ciudad, Tomás del Bien, la vicepresidenta de la Junta de Castilla y León, Rosa Valdeón, el delegado territorial de la Junta, Alberto Castro, así como diversos ediles de localidades cercanas. También asistieron industriales de Toro y de toda la provincia, entre ellos el presidente de la Cámara de Comercio de Zamora, Manuel Vidal, el presidente de CEOE-Cepyme Zamora, José María Esbec, el secretario provincial de la Asociación Zamorana de Empresarios de Comercio (Azeco), Ángel Hernández, así como empresarios, bodegueros y vecinos de la ciudad.

En todo momento hubo multitud de muestras de cariño hacia la familia del fallecido, como también se percibía en la gran cantidad de coronas de flores, así como momentos de dolor entre los asistentes dado que el empresario y sus allegados eran muy apreciados en Toro. La misa funeral fue oficiada por el párroco local José Luis Miranda, quien estuvo acompañado por otros tres sacerdotes durante la concelebración de la eucaristía. Una vez finalizado el ritual religioso el cortejo fúnebre avanzó hasta el cementerio municipal donde los restos del empresario local fueron inhumados.

Con la muerte de Elier Ballesteros Martín, Toro despide a uno de los ciudadanos más relevantes de las últimas décadas que también trabajó y aportó su granito de arena, junto a su hijo, para que la ciudad fuese sede de la exposición de Las Edades del Hombre. Una labor de promoción de la ciudad, su entorno y, sobre todo, en la que Ballesteros destacó a lo largo de los años como pudo comprobarse en ferias, exposiciones y otros eventos del panorama nacional e internacional.

En cuando a su trayectoria profesional, el industrial toresano deja un legado que cimentó junto a su familia "desde abajo" con la apertura de un puesto en el mercado de abastos y posteriormente la creación de la primera fábrica en la calle Capuchinos. Una extensión del negocio que trasladaría posteriormente a otras localidades como Villardondiego, donde abrió otra fábrica, así como puntos de venta en Zamora o Valladolid que permitió que la marca familiar "Embutidos Ballesteros" fuera conocida en la región y, sobre todo, en la provincia zamorana.

En definitiva, la ciudad dice adiós a uno de sus convecinos más queridos que fue un ejemplo de generosidad, compromiso y esfuerzo tanto en su vida profesional como personal. Una pérdida irreparable donde lo que si permanecerá en la ciudad es el recuerdo y el legado de un hombre que "paseó" el nombre de Toro a lo largo y ancho del mundo.