El tradicional encierro campero de las fiestas de San Agustín congregó ayer alrededor de un centenar caballistas que sacaron todo el temperamento posible a las cuatro reses soltadas para dar juego al evento taurino. Algunos participantes destacaron que las vaquillas era muy aptas para los caballos debido a que realizaron el recorrido sin elevadas detenciones y ofrecieron atractivas carreras para los jinetes. El espectáculo volvió a celebrarse, al igual que en años anteriores, en terrenos cercanos al barrio de Tagarabuena y la fábrica de quesos García Baquero. El encierro campero destacó por la elevada participación de caballistas procedentes de Toro, el Alfoz así como de localidades cercanas que fueron los encargados de guiar a las reses que fueron recogidas por los vehículos de la organización sin ningún tipo de altercado.