La construcción de una nueva estación depuradora en las inmediaciones del puente de piedra de Toro eliminará los vertidos directos al cauce del río Duero desde varios barrios como la Cuesta Cavila o la Cuesta del Matadero. Las obras de adecuación de esta nueva infraestructura, promovidas por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), han entrado en su recta final aunque acumulan un cierto retraso después de que en la excavación arqueológica practicada en la zona se hallarán unos silos que han sido protegidos. La concejala de Obras, Ruth Martín, explicó que esta excavación fue supervisada por la arqueóloga Pilar Ramos y que los trabajos permitieron hallar unos silos que han sido protegidos por un geotextil para garantizar su mantenimiento y conservación aunque, posteriormente, han sido tapados con hormigón.

Del mismo modo, las obras de adecuación de esta estación depuradora se han retrasado por la cantidad de documentación exigida a la CHD para poder acometer el proyecto en un entorno protegido como el de las Barranqueras de Toro y el puente de piedra, ya que, además, contempla la construcción de un edificio de reducidas dimensiones que debe cumplir las prescripciones exigidas. Tras cumplimentar los trámites exigidos y una vez presentada la documentación requerida para ejecutar el proyecto, la CHD ha podido proseguir con la adecuación de la nueva estación depuradora, tantas veces reclamada por el PSOE cuando ejercía la oposición en el Ayuntamiento, porque la zona no contaba con un sistema eficaz para evitar el vertido directo al río desde la Cuesta Cavila o la Cuesta del Matadero.

El proyecto impulsado por la CHD plantea una renovación integral para dotar a la estación de un pozo de gruesos, un pozo de bombeo, un tamiz rotativo autolimpiante, un tanque decantador-digestor, un equipo de biodiscos y un decantador lamelar.

Una vez concluidas las obras de adecuación de la nueva estación depuradora junto al puente de piedra se eliminará el vertido que recoge el agua de unos 250 abonados y que, en la actualidad, pasa a dos colectores que confluyen en un pozo desde el que parte una tubería que alimenta a un tamiz estático y, a continuación, vierte al río Duero junto al monumento. Este vertido, según el estudio realizado por la CHD, no es apto para ser entregado a un cauce público por lo que era preciso acometer alguna actuación que subsanara esta situación. La consecución de este proyecto, demandado por el PSOE y por vecinos de los barrios afectados, no repercutirá en los recibos que pagan los abonados.