Seis años después de la reinauguración de la plaza de toros, los amantes de la tauromaquia volvieron a reunirse ayer en el histórico coso toresano, pero por un fin bien distinto: rendir un homenaje al torero Víctor Barrio, fallecido el 9 de julio en Teruel y al aficionado José Luis Benito, que perdió la vida el mismo día en Fuentesaúco, durante la celebración de un "toro de cajón". La emoción y el respeto marcaron este homenaje que sirvió también para reivindicar la tauromaquia y que reunió en el albero a toreros, novilleros, ganaderos, recortadores y aficionados que mostraron su unidad ante el dolor por los fallecidos y ante los ataques vertidos en las redes sociales a la fiesta, Durante este emotivo acto, organizado por las asociaciones taurinas y el foro taurino, los asistentes guardaron un respetuoso minuto de silencio en recuerdo de Víctor Barrio y de José Luis Benito y, a continuación, cuatro aficionados leyeron un comunicado para expresar el apoyo de todos los presentes a la petición de respeto a la intimidad de los familiares de los homenajeados, en momentos de intenso dolor.

Los aficionados alzaron la voz para afirmar "sin complejos", que la fiesta de los toros es patrimonio de los pueblos y de las gentes, forma parte de su cultura y está alejada de cualquier signo político, a la vez que defendieron que las personas que acuden a las plazas o disfrutan de los toros por las calles "merecemos el respeto, la dignidad y los derechos que la Constitución nos otorga". Asimismo, exigieron que cesen los insultos y las provocaciones vertidas en las redes sociales "desde el anonimato y la impunidad y cargadas de maldad", circunstancia que "ha alcanzado su máximo nivel de crudeza tras la tragedia de Víctor Barrio". Por este motivo, durante este homenaje los aficionados exigieron a las autoridades y estamentos judiciales su intervención para "acabar con tantos e indiscriminados ataques a los que está expuesta la tauromaquia, sus profesionales y aficionados, en lo que supone un ataque a la libertad, el honor y la dignidad humana" porque "acciones tan viles y repetidas en el tiempo no pueden quedar impunes". Los aficionados también hicieron suyas unas palabras que el escritor Mario Vargas Llosa pronunció en su visita a Toro: "El futuro de la Fiesta está asegurado siempre que los aficionados sintamos orgullo de nuestra afición".

Tras la lectura del manifiesto, el capellán de la plaza de toros, Roberto Castaño, acompañado por capellanes de otros cosos, ofició una oración y, el homenaje fue clausurado con una emotiva reflexión sobre la libertad y la tauromaquia, a cargo de Ana Pedrero. La música que solemnizó el acto, fue interpretada por Vicente Urones y Pepe González.