Cáritas atiende anualmente a más de 280 familias del Arciprestazgo de Toro-La Guareña, dato que demuestra que la crisis económica, lejos de erradicar las desigualdades, ha disparado el número de personas necesitadas que tienen que recurrir a la organización. Así lo confirmó ayer el responsable de Cáritas de Toro, el párroco Roberto Castaño, en la inauguración de la nueva sede de la entidad en la ciudad, situada en la avenida Luis Rodríguez de Miguel, y con la que se han conseguido resolver los problemas de espacio de las instalaciones utilizadas hasta la fecha y situadas junto al edificio del seminario menor. En la inauguración de la nueva sede, Castaño destacó que "la crisis sigue estando muy presente" y que muchas familias de la zona "se han visto golpeadas por esta situación", porque no cuentan con recursos suficientes para llegar a fin de mes o porque están integradas por parados de larga duración o que no perciben prestaciones por desempleo.

Ante esta situación, la única salida de estas familias es acudir a los servicios de Cáritas que, en primera estancia, presta un servicio de acogida y escucha para, a continuación, dar respuesta a necesidades urgentes por carencia de recursos económicos, alimentos o ropa, entre otras. Una vez solventada la urgencia por la que las familias acuden a Cáritas, como apuntó Castaño, la entidad tratar de solucionar el problema que ha generado la situación inicial de pobreza y necesidad. Para prestar esta ayuda, la delegación toresana de Cáritas también colabora con otros organismos públicos, cuya misión es la de ayudar de una forma subsidiaria a personas en situación de pobreza o exclusión como Cruz Roja o los Centros de Acción Social, dependientes de la Diputación Provincial. Al margen del incremento de las familias que precisan la ayuda de Cáritas, Castaño también destacó que, como consecuencia de la crisis, un mayor número de inmigrantes ha decidido abandonar la zona en busca de nuevas oportunidades laborales.

De manera especial, según matizó, la comunidad rumana ha disminuido en la zona, aunque se ha incrementado el número de inmigrantes y transeúntes que están de paso por la ciudad y que solicitan ayuda puntual para "no quedarse en la calle o comer un día". Por otra parte, Castaño remarcó que, desde que hace siete años asumiera el cargo de responsable de Cáritas en la ciudad, el ámbito de actuación de la organización se ha ampliado a los pueblos que forman parte del Arciprestazgo de Toro y la Guareña.

Por su parte, el delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Zamora y responsable de la entidad en Toro durante 14 años, Antonio Jesús Martín de Lera, justificó la apertura de la nueva sede en que las antiguas instalaciones eran de reducido tamaño y no reunían las condiciones necesarias para "atender con dignidad y respeto a las personas". Además, se mostró convencido de que en las nuevas instalaciones, tanto las dos trabajadoras de la organización en la ciudad como los voluntarios, podrán prestar una mayor calidad en el servicio y en la atención a personas necesitadas. Las nuevas instalaciones fueron bendecidas por el obispo de Zamora, Gregorio Martínez, quien pidió a los trabajadores de Cáritas y a los voluntarios que "sean generosos en la entrega para acoger a todas aquellas personas que necesitan ayuda".