Una jornada de compasión por los que sufren, ofrecerles ayuda y ponerse en el lugar del prójimo. Ese fue el ambiente que se respiró ayer Toro con motivo de la celebración de la Fiesta de la Misericordia que organizó el Arciprestazgo de Toro- La Guareña y que contó con la participación de más de medio millar de personas.

Francisco Ortega, párroco de Morales de Toro y uno de los organizadores, explicó que "es un día para mirar a nuestro alrededor y descubrir que es lo que podemos hacer por las personas que nos rodean". El evento es una novedad y, según Ortega, "se ha superado las expectativas previstas de público asistente".

La celebración comenzó a primera hora con la recepción de las personas procedentes de diferentes localidades pertenecientes al Arciprestazgo, en el Seminario Menor San Luis y San Victoriano. Acogió a continuación un encuentro con más de cien niños del arciprestazgo que actualmente se encuentran inmersos en los procesos de catequesis. Por otra parte se realizó la actividad "La misericordia en acción" donde diversos participantes visitaron conventos de la ciudad en los que descubrieron de primera mano la vida monacal y contemplativa.

El día continuó mediada la jornada matinal con la celebración del Festival de la Misericordia en la Plaza Mayor. Los asistentes disfrutaron con las actuaciones de música popular ofrecidas por el grupo local Tío Babú y el cantautor zamorano Rogelio Cabado. Además, se procedió a la recogida de ropa y alimentos o la venta de ejemplares usados, promovido por la Asociación Virgen de la Saleta, de Zamora, que recientemente ha puesto en marcha el proyecto "reciclaje selectivo". Su vicepresidente, David Gago, indicó que "pretendemos que la gentedone los libros que no usan y que puedan encontrar un nuevo hogar a través de la venta de los mismos". Una transacción que se realiza principalmentea través del portal de Internet TodoColección y cuya recaudación está destinada como incide Gago a proyectos sociales destinados a ayudar a jóvenes en riesgo de exclusión social.

Durante el "festival de la Misericordia" los asistentes pudieron realizar el sacramento de confesión tras el cual se celebró la comida en la sede del Seminario Menor.

Ya por la tarde, el obispo de diócesis, Gregorio Martínez Sacristán, presidió la misa celebrada en el Seminario Menor. Una eucaristía a la que habían precedido diversas "acciones de misericordia" como visitas a las residencias de ancianos de la ciudad, al Centro de Rehabilitación de Alcohólicos San Román o el visionado de una proyección sobre los encarcelados.

La procesión y rezo del Vía Lucis hasta el cementerio de Toro culminaron la celebración que entronca directamente con el Año de la Misericordia inaugurado por el papa Francisco. Estos fueron los últimos actos antes del regreso de los participantes a sus lugares de origen después de una jornada que tenía como objetivo ponerse en el lugar del prójimo.