La autorización concedida por la Comisión Territorial de Patrimonio para ejecutar distintas actuaciones en el monasterio de Santa Sofía de Toro permitirá paliar, en parte, algunas de las deficiencias que presente el emblemático edificio, sobre cuyo deterioro ha alertado en varias ocasiones la congregación de Hermanas Norbertinas Premostratenses que lo habitan. Las humedades o las termitas son algunos de los problemas que presenta el edificio, aunque el monasterio adolece de otras deficiencias que afectan a las cubiertas o al torreón del palacio y que han generado una honda preocupación entre la comunidad de religiosas. La abadesa del convento, Mª Paz Martínez, destacó que, en estos momentos, el principal problema afecta a uno de los muros del torreón de piedra del monasterio que es el vestigio más antiguo del documentado palacio que, hace 700 años, María de Molina donó a la congregación.

En concreto, este muro, como apuntó la abadesa, está cediendo y está provocando el desplazamiento de las columnas de uno de los patios interiores del convento. No obstante, en este torreón se han detectado otros problemas como el desprendimiento de los paños de cal y mortero que recubren la estructura, con el consiguiente peligro de que partes de argamasa puedan desplomarse hacia la calle.

Ante esta situación, la comunidad religiosa solicitó permiso a Patrimonio para poder acometer una intervención en el citado torreón y también en la cubierta del convento, aunque también procederá a la eliminación de un solado de cemento para que "el suelo respire" y frenar así el problema de humedades que afectan al edificio. En este punto, la abadesa señaló que, como consecuencia de la humedad, el convento ha tenido que cerrar varias celdas de la parte inferior, aunque este problema también se extiende a una estancia utilizada como enfermería, a la iglesia y al coro. En principio, estas humedades podrían tener su origen en la calle Las Monjas que tiene una altura superior a la del convento y la comunidad ya ha solicitado al Ayuntamiento que revise esta vía, en especial, la antigua red de alcantarillado para comprobar si es el origen de las filtraciones de agua al interior del convento. Otro de los problemas que afectan al edificio es el de las termitas que están ocasionando daños en el retablo de la iglesia y en el coro.