Alrededor de medio centenar de personas exigieron ayer la revocación del expediente sancionador incoado por la Gerencia de Servicios Sociales a una empleada de la guardería de Toro que ha sido suspendida de empleo y sueldo. Tras padecer un cáncer que le ha dejado graves secuelas en el brazo izquierdo, la empleada fue incapacitada parcialmente y, por sentencia judicial, su trabajo en el centro debía ser adaptado a tareas educativas y no asistenciales. Tres años lleva esperando la empleada esta adaptación y ahora ha sido expedientada, a pesar de que el juzgado ha reconocido que debía estar de baja.