La ciudad de Toro regresó a la Edad Media. Los tiempos de los reyes regresaron a la ciudad de Doña Elvira con el espectáculo medieval celebrado en la plaza de toros en donde las competiciones entre caballeros volvieron un año a celebración durante la fiesta de la vendimia gracias al Torneo Medieval en el que los asistentes al mismo se adentraron durante más de una hora en la rivalidad antigua.

Un espectáculo marcado por la tradición caballeresca donde el coso toresano estuvo decorado para la ocasión emulando al medievo. De esta forma, en el mismo se dieron cita los caballeros ataviados con armaduras, caballos con sus respectivas gualdrapas distintivas de su señor así como el rey que presidió y dirimió el vencedor del torneo. Además, la música, los espectáculos de malabares y de fuego o el toque de humor que aportaron los bufones de la corte añadieron un mayor realismo al espectáculo medieval.

El duelo entre caballeros se desarrolló con el enfrentamiento entre cuatro participantes que distinguidos con diferentes colores fueron apoyados, cada uno de los cuales, por el público dependiendo de su ubicación. Un campeonato que comenzó con diversas pruebas donde los contrincantes demostraron su puntería y habilidad. Entre las mismas estuvieron el lanzamiento de jabalina, la prueba de las anillas o la competición a caballo donde los caballeros debían mostrar su habilidad acertando con una lanza en una diana.

Durante el mismo, el público fue participe del torneo con la prueba, destinada principalmente para los niños, de la búsqueda de la espada que debían entregar a sus respectivos caballeros para el comienzo del torneo.

De esta forma, tras la entrega de espadas a cargo de los más pequeños, comenzó el combate por la victoria y el beneplácito del rey entre los cuatro participantes. Finalmente se procedió a la realización del Torneo de Justas y el combate a cuerpo entre los respectivos caballeros que se enfrentaron en turnos de dos para, finalmente, decidirse el ganador del torneo en el círculo de fuego.

Un espectáculo medieval que permitió a los habitantes de Toro revivir y disfrutar con los torneos medievales evocando el pasado y la tradición en la ciudad de Doña Elvira.