Un salón de plenos a rebosar del Ayuntamiento ha acogido el coloquio titulado "El toro bravo, un patrimonio genético universal", en el que participaron el ganadero mexicano José Arturo Huerta y el también ganadero y presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, Mariano Sescosse. El campo bravo español estuvo representado por Victorino Martín Andrés, que abanderaba a la ganadería que lleva su mismo nombre.

La periodista zamorana Ana Pedrero fue la encargada de moderar la charla que estuvo protagonizada por el toro bravo como animal único tanto en México como en España, y por lo que representa la tauromaquia en ambos países.

Los ponentes de la mesa, en la que también estaba el matador de toros de Villalpando Andrés Vázquez, dedicaron tiempo a hablar de la situación actual de las ganaderías tanto en el país azteca como en España, las distintas cualidades que tienen los toros de ambos países o la diversidad genética de los toros de lidia.

Y es que, como explicó Victorino Martín, "la distancia genética entre toros de distintos encastes es mayor que la que hay entre una vaca de carne y una de leche porque los encastes son razas en sí mismas".

Por su parte, Andrés Vázquez puso el énfasis en que hay que cuidar al toro porque "cuando un animal se cae en la plaza, es cuando se cae la Fiesta".

Por su parte, el periodista José Carlos Arévalo presentó, en un acto previo al coloquio, su libro titulado "Vida y lidia del toro bravo (Ecología, Ética y Estética del sacrificio taurino)", una narración que Manuel Sescosse le había encargado durante la feria de San Isidro de Madrid el pasado año y que está "escrita para los aficionados porque soy consciente de que un antitaurino jamás lo leería", expresaba el autor.

El libro recoge las claves de la bravura de los toros de lidia y cómo estos se van seleccionando en las ganaderías. Además, en su segunda parte, la narración desgrana los significados de la corrida "que subyacen de la relación taurina".

Según el propio autor, con este libro pretende que el aficionado tenga "los mejores argumentos para defender la Fiesta". Además, Arévalo explicó que el sacrificio taurino "está en consonancia" con la vida que el toro ha tenido en el hábitat acomodado que supone la dehesa.