Son las doce de la mañana y los servicios de emergencia reciben un aviso. El antiguo tejar de Toro, en la explanada bajo el Alcázar, ha registrado una explosión. En el momento del accidente había personas dentro y es muy posible que existan heridos. Además, el edificio está humeante y corre serio riesgo de propagación de las llamas e incluso de derribo. La situación es límite, pero en menos de tres minutos, cuatro dotaciones de bomberos y la Policía Local se personan en el lugar para atender la crisis.

Lo relatado anteriormente no es un hecho, sino un simulacro. Aunque bien es cierto que una situación así podría reproducirse de manera real en un futuro. Y si eso ocurriera, los dispositivos de emergencia han dejado bien claro que están preparados. Efectivos de Cruz Roja, Bomberos, Policía Local, Protección Civil y la Escuela de Salvamento y Detección con perros de Castilla y León se citaron en la mañana de ayer en el antiguo tejar de la ciudad para realizar una muestra de su trabajo en situaciones críticas. Como una coral perfectamente dirigida, los miembros de cada unidad se coordinaron para salvar a los heridos y sofocar las llamas. Un ejercicio de trabajo en equipo con el que demostrar que estos servicios están ahí para velar por el ciudadano.

En el perímetro de la simulada explosión había de todo. Fuego en el edificio, un viejo cobertizo en serio peligro de derrumbe, heridos desperdigados por todas partes y un terreno embarrado y resbaladizo debido a la fina lluvia mañanera que registró Toro en el día de ayer. Y la situación se salvó en menos de quince minutos.

Nada más llegar al lugar de los hechos, el equipo de bomberos se dividió por zonas para tratar de atender a todos los frentes abiertos. Una dotación se encargó de sofocar el fuego, otra reforzó el cobertizo en peligro de derrumbe y la última se dedicó a la atención primaria de los heridos. Primaria, en un principio, hasta que se personaron en la zona efectivos de Cruz Roja y ambulancias. La Policía Local, mientras tanto, se encargó de acordonar el perímetro para evitar el peligro de tantos curiosos como se agolparon en la zona. Toda vez que los voluntarios montaron el hospital de campaña, comenzaron a evacuar a los heridos y las sirenas volvieron a sonar para trasladar a las víctimas hasta los hospitales más cercanos. En este momento, se dio por concluida la operación.

Este simulacro se enmarca dentro de las operaciones que habitualmente organiza Cruz Roja para adecuarse a cualquier situación de peligro. El presidente de la organización en Toro, David González, explicó que «se trata de reproducir el protocolo de intervención establecido por la ONU en materia de intervenciones en estructuras colapsadas». Desde luego, que con la demostración de ayer, el objetivo se ha cumplido con creces. Los profesionales de Toro están preparados.