La tristeza embargaba ayer a muchos toresanos que conocían a Mari Carmen. S. C., la joven que fue hallada muerta en su celda de la prisión de Villanubla el pasado domingo y en la que permanecía recluida a la espera de juicio, tras ser acusada de la muerte por asfixia de sus dos hijos, en diciembre del 2010.

Desde primera hora de la mañana, muchos toresanos intentaron recabar información sobre la celebración de la misa de funeral y el entierro de la joven, de 41 años de edad, a la que ayer se practicó la autopsia en el Instituto Anatómico Forense de Valladolid para determinar las causas de su muerte. Por la noche, el cadáver de la presunta filicida fue trasladado al tanatorio ubicado en el camino del cementerio de Toro, al que se acercaron familiares y numerosos amigos que quisieron arropar y mostrar su cariño a los familiares de la joven que, como confirmaron algunos allegados «están destrozados» ya que, todavía no se habían repuesto de la pérdida de los dos pequeños y del ingreso en prisión de Mari Carmen S. C. La misa de funeral por la joven toresana se celebrará hoy, a las 13.00 horas, en la iglesia de La Trinidad y acto seguido el cadáver será trasladado al cementerio municipal. La inesperada muerte de la joven conmocionó ayer a muchos toresanos, sobre todo, a aquellos con los que mantenía una relación de amistad desde hace años. Los más allegados no se esperaban que «acabara así y de una forma tan triste», aunque también reconocieron que la joven no había conseguido sobreponerse a la muerte de sus hijos. De hecho, en el centro penitenciario estaba sometida al Protocolo de Prevención de Suicidios y una compañera de celda se encargaba de su vigilancia para evitar que pudiera poner fin a su vida.

La joven también era objeto de un seguimiento especial por parte de un equipo de profesionales de la cárcel. Mari Carmen S. C. permanecía en un módulo de respeto que consiste en mantener ocupada a la reclusa durante el día con su participación en talleres y actividades. A pesar de esta vigilancia especial, la joven toresana fue hallada muerta el pasado domingo, a las 19.05 horas, por una reclusa que se encargaba a avisar al resto de que acudieran a cenar. Al entrar en la celda de Mari Carmen S. C., la encontró suspendida del techo por un cordón anudado al cuello.

Algunos amigos de la joven tan sólo pensaban ayer en sus padres, Eugenio y Felisa, y en sus tres hermanos, Carlos, Jesús y Javier, ya que «han vivido unos meses muy duros», desde que Mari Carmen S. C. fuera imputada por los asesinatos de sus dos hijos. Allegados a la familia, muy querida y apreciada en la ciudad, recordaban ayer de manera especial en su madre, Felisa, que esperaba con ilusión la celebración de la Semana Santa, ya que es una de las hermanas de la Asociación de Nuestra Señora de los Dolores y, por cuya imagen titular, siente una gran devoción.

Familiares paternos de los dos menores de 9 y 11 años hallados muertos en una vivienda confirmaron ayer a EFE que estudian personarse en las actuaciones judiciales tras el fallecimiento en prisión de la madre de los niños y presunta autora de los asesinatos. Así lo explicó ayer un portavoz de los familiares del padre de los pequeños quien reconoció que, por el momento, nadie les ha informado oficialmente de la muerte de la joven toresana, aunque ya están analizando la posibilidad de personarse en las actuaciones que lleve a cabo el Juzgado tras el fallecimiento de la reclusa y, posteriormente, se plantearán si emprenden las acciones legales que correspondan. «Ha hecho lo que ha querido y ha decidido personalmente que no quería ir al juicio», destacó ayer el portavoz de los familiares del padre tras la muerte de la joven toresana. Y es que el juicio por la muerte de los dos menores se iba a celebrar a primeros de mayo.