La festividad de Nuestra Señora de la Merced se celebró en Toro, como es habitual, con la procesión de la imagen de la Virgen por diversas calles de la ciudad, a la que acompañaron los niños que este año han recibido la Primera Comunión, felices por poder vestir de nuevo su traje de la Fiesta.

El viernes, 24 de septiembre, comenzaron los actos en honor de la patrona de las Mercedarias Descalzas con una Misa, que fue concelebrada por nueve párrocos, los tres de Toro junto a otros del Alfoz, en la que predicó el sacerdote Agustín Chillón. «Este año ha habido mucha gente en misa, tanto por la noche como por la mañana», confirmó la demandadera de las religiosas, Felisa Gacho Alonso, quien lleva 32 años trabajando en este Convento, dedicada a ayudar a las hermanas en sus labores, principalmente en aquéllas que requieren el contacto con el exterior. Ya por la tarde tuvo lugar la Novena, a la que siguió el rezo del Rosario. Inmediatamente después dio comienzo la procesión, que partió del Convento de las Mercedarias, durante la que diversos miembros de la Cofradía portaron a hombros la imagen de la Virgen de la Merced, que recorrió las calles San Pedro del Olmo, Puerta de Pozoantiguo, Tablarredonda, Judería, plaza Los Cubos, Antigua y Las Bolas, para regresar de nuevo al Convento. A lo largo del recorrido, tanto niños como niñas cargaron la imagen del Niño Jesús. Por otra parte, como cada año, también fueron invitadas al acto religioso las autoridades; como dato curioso, cabe mencionar que el alcalde, Jesús Sedano, y el concejal Ignacio Toranzo, portaron la imagen de la Virgen a hombros durante una parte del trayecto, ayudando así a dos cofrades, que no tenían relevo en el recorrido. Finalmente, las religiosas invitaron a los asistentes a un refresco.

La Superiora del Convento de las Mercedarias, Sor Carmen, nació en Vezdemarbán, pero lleva ya 50 años en el Convento de Toro, y al finalizar los actos festivos explicó que el novenario «se vive en comunidad con un espíritu de más oración, más alegría, más trabajo y más sacrificio, con la finalidad de sacar fruto, y se pide mucho por el personal». Además, señaló que la imagen de la Virgen de la Merced que procesiona no es la imagen que puede contemplarse en la Iglesia, puesto que es más valiosa y las hermanas la tienen en el interior del Convento, de modo que tan sólo sale el día de la procesión. Añadió que también tienen guardados «Los Cautivos», imágenes que antes acompañaban a la Virgen.

Actualmente, en el Convento de las Mercedarias conviven cinco religiosas, que se encargan de cuidar y acondicionar tanto el Convento como la Iglesia, «es mucho trabajo para ellas y por eso las ayudamos un poco», aseguró Felisa Gacho, «aunque la Iglesia la cuidan solamente ellas», y es que, como indicó Sor Carmen, «nos gusta que la Iglesia esté primorosa». Pese a que reconocen que el Convento siempre necesita arreglos, aseguran que «lo que nos hace falta son vocaciones, lo demás nos sobra todo».

No obstante, la realidad es que el edificio necesita constantes atenciones, por lo que, en estos momentos, las hermanas están arreglando los claustros con fondos propios, «el dinero para esto lo pone la Comunidad, sobre todo porque no se trata de una gran cantidad; como no nos dan... qué le vamos a hacer», y es las religiosas apuntan, con buen humor, que «ya se sabe que si pedimos, menos nos dan».

Pero también reconocen que, en ocasiones anteriores, sí han recibido ayuda económica, y así, hace tres años la Junta de Castilla y León aportó 150.000 euros para el arreglo de las celdas; en aquel momento, se demolió un ala, y allí hicieron siete habitaciones nuevas, en las que se instalaron calefacciones, ya que el Convento es un lugar muy frío, y lavabos; además, recibieron una aportación económica «cuando hicimos el primer retejo».

Por otra parte, precisan que también han limpiado a fondo los artesonados del coro alto, que «no necesitan restauración porque están muy bien, pero sí necesitan limpieza». Así, afirman que «poco a poco lo vamos haciendo todo».