Pocos toresanos conocían ayer al despertarse la trágica muerte de una de sus vecinas R. H. R., de 34 años de edad a manos, presuntamente, de su pareja J.F. de 56 años de edad, con quien, hasta hace poco más de dos semanas residía en el municipio gallego de Ponteceso. La noticia corrió como la pólvora en Toro y muchos se preguntaban por la identidad de la joven, que abandonó su ciudad natal con apenas seis años, después de que sus padres decidieran irse a vivir a La Coruña para poder trabajar y ofrecer una mejor calidad de vida a sus cuatro hijos. La joven, perdió trágicamente la vida el pasado miércoles cuando recibió varios martillazos en la cabeza que, presuntamente, le asestó el que, hasta hace pocas semanas, había sido su compañero sentimental, quien, en principio, pasará hoy a disposición del Juzgado de Carballo, tras prestar declaración y reconocer los hechos en el cuartel de la Guardia Civil de La Coruña, donde permanecerá hasta hoy retenido.

Una de las personas que más ha sentido tan trágica pérdida es su tía A. de la H. A., quien ayer, vivió uno de los peores momentos de su vida, a pesar de que es una mujer fuerte que ha conseguido, a base de lucha y esfuerzo, superar una grave enfermedad. «Me llamó un familiar de La Coruña y me dijo, te vamos a dar una mala noticia», recordaba ayer la tía de la fallecida con lágrimas en los ojos. La confusión y la incredulidad por lo sucedido, marcaron ayer las horas de esta toresana, muy querida en su barrio y por la que, estaban muy preocupados sus familiares y también sus vecinas con las que comparte muchos ratos de su tiempo libre. Aunque quiso viajar de forma inmediata a La Coruña para asistir al funeral de su sobrina, sus familiares le pidieron que no lo hiciera porque, por el momento, se desconoce cuando y donde será enterrada la joven que era madre de dos hijos de 11 y 5 años de dos relaciones anteriores.

Su tía considera improbable que sus restos mortales sean trasladados a Toro, a pesar de ser su ciudad natal, en la que si descansa su padre que pidió a sus familiares ser enterrado en el cementerio municipal. La última vez que la víctima viajó a Toro fue el verano pasado en el que, compartió algunos días de descanso con su tía y con algunos primos que residen en la ciudad. La fallecida era madre de dos hijos, uno de ellos discapacitado y al que, como recordaba ayer su tía, «se dedicaba en cuerpo y alma, incluso me comentó que se había gastado mucho dinero en una cama especial para el niño, para que estuviera mejor». También, la tía explicaba ayer con cariño al hijo pequeño que «es muy espabilado y yo le decía a mi sobrina el verano pasado cuando vino que me lo dejara en casa para que me hiciera compañía». Como recordaba ayer su tía «Rosa tuvo muy mala suerte en la vida», después de haber mantenido varias relaciones, e incluso, como precisó, «con el que vino el pasado año no me gustaba mucho». El pasado miércoles, después de quedar con su ex pareja para, hablar con la propietaria del piso que habían compartido hasta que terminó la relación, la joven toresana recibió varios martillazos en la cabeza que le provocaron la muerte. Según fuentes próximas al caso, al parecer, el presunto asesino se encontraba colgando un cuadro cuando la joven toresana accedió a la vivienda y fue en ese momento cuando le asestó los golpes. Acto seguido, el presunto agresor se dirigió a un bar en el que permaneció casi durante dos horas hasta que fue detenido por la Guardia Civil, tras ser alertada por la cuidadora de uno de los hijos de la mujer tras no presentarse en el colegio a recogerle. En el momento de su detención, los agentes pudieron comprobar que el supuesto asesino tenía la ropa ensangrentada y varios rasguños en el cuerpo.

Al igual que en muchos municipios de Galicia, en la ciudad de Toro ayer se celebró una concentración silenciosa en las inmediaciones del Ayuntamiento en señal de repulsa por esta nueva víctima de violencia de género. Al finalizar esta concentración, el alcalde, Jesús Sedano, expresó «la condena, el rechazo y el dolor de la ciudad por este nuevo acto de violencia de género». Además resaltó que «estamos ante una situación complicada, preocupante y alarmante porque son ya muchas víctimas que se han registrado en este mismo año», un total de 49. El mandatario municipal también aseguró que, al margen de esta concentración, no se celebrarán más actos de repulsa por este asesinato, no obstante, reiteró «nuestra condena y nuestro rechazo y esperemos que sea el último que no se produzcan más».

Por su parte, responsables del Colectivo de Mujeres de Toro que, entre otras funciones trabaja con mujeres maltratadas, solicitaron una mayor implicación de los vecinos de Toro ante hechos como el sucedido el pasado miércoles porque este caso «nos toca un poco más de cerca porque era natural de esta ciudad, pero todas las víctimas nos duelen lo mismo y esto es una lacra que no se soluciona con medidas legales ni con asociaciones como la nuestra».

Además recalcaron que «todos tenemos que decir que no a la violencia de género», y resaltaron la importancia de la educación.

El subdelegado del Gobierno en La Coruña, José Manuel Pose, aseguró ayer que la joven toresana, alertó el pasado 6 de septiembre a la Guardia Civil tras descubrir a su marido en estado de embriaguez en las inmediaciones de su vivienda a altas horas de la madrugada. Aunque los agentes se personaron en el edificio para comprobar qué sucedía, la mujer fallecida rechazó entonces presentar una denuncia contra su presunto asesino que, el pasado miércoles, le asestó varios golpes en la cabeza con un martillo. En la foto, concentración de repulsa en Toro.

Madre de dos hijos

La joven fallecida nació en Toro el 28 de Junio de 1976. Era madre de dos hijos, de 11 y 5 años de edad, el mayor padece una discapacidad y recibía asistencia del Ayuntamiento de Ponteceso, municipio gallego en el que residía desde hace cuatro años.

Hechos

El pasado miércoles la fallecida debía encontrarse con su ex pareja para hablar con la propietaria del piso que habían compartido. En el interior de la casa, el presunto asesino asestó a la joven varios golpes en la cabeza con un martillo.