La comunidad de las Madres Dominicas Contemplativas de Toro ha alertado sobre el estado y «las necesidades» del Real Monasterio del Sancti Spriritus y ha solicitado una mayor implicación de las instituciones, en la conservación de este convento. María Dolores Pérez, más conocida como Sor Lola, destacó que «la necesidad es grande», al tratarse de un monasterio del siglo XIV que ha acumulado, a lo largo de los años, «un gran deterioro», a pesar de tratarse de un edificio «emblemático» que cuenta con la catalogación de Bien de Interés Cultural (BIC). Para mejorar la conservación del convento toresano, Sor Lola, considera que una de las posibles soluciones es redactar un Plan Director con el objetivo de preservar el monasterio, sobre todo «las partes más antiguas que son las que precisan un mayor cuidado».

La elaboración de este Plan Director serviría, como matizó Sor Lola, para que de forma periódica el convento recibiera ayudas para ejecutar diversas mejoras que precisa el edificio. Uno de los mejores ejemplos de este deterioro, como explicó, es el derrumbe de una parte del antiguo muro que delimita la propiedad del convento. Este cercado, según Sor Lola, se desplomó como consecuencia de las lluvias registradas la pasada primavera, justo en la zona en la que colinda con una propiedad particular en la que «no había ninguna sujeción». La comunidad, como resaltó la hermana, no puede acometer en estos momentos la reparación de este muro, con una antigüedad de 700 años, y «tendremos que esperar a que se pueda ir rehabilitando y recuperando».

Sobre este cercado, Sor Lola aseguró que «fue un privilegio de Alfonso XI cuando se hizo el convento» y, para su restauración, la comunidad ya ha solicitado colaboración a las instituciones pero, «nos tenemos que esperar porque hay crisis». No obstante, la religiosa confirmó que «ya se han dado los primeros pasos» para que este cercado antiguo pueda ser recuperado y, como advirtió, «seguiremos dando caña, como se suele decir, para que se pueda rehabilitar porque es un bien para todos».

La intención de la comunidad, según Sor Lola, es que con las intervenciones que se han realizado y las que se podrían ejecutar, el convento se pueda adaptar a las «necesidades actuales» de las hermanas que residen en su interior. Además, subrayó que el objetivo prioritario de la congregación no es tan sólo poder conservar el monasterio, sino que «la gente pueda disfrutar de este patrimonio que está abierto al público durante cinco horas diarias». De hecho, como recalcó la hermana dominica, los visitantes que recorren el convento «se sorprenden de su belleza y de su patrimonio, aunque también están contentos de ver que sus impuestos revierten en una cosa que pueden valorar».

En la actualidad, el Real Convento del Sancti Spiritus está habitado por nueve religiosas, cuya media de edad supera ligeramente los 50 años y que, al margen de fabricar dulces, trabajan duramente para intentar conservar el monasterio. «Es complicado mantenerlo porque un monasterio del siglo XIV no entra en el lote de ser monja», subrayó Sor Lola, quien se encarga, junto al resto de religiosas, de revisar cada día los Boletines Oficiales para intentar captar fondos procedentes de las distintas subvenciones ofertadas. Además, resaltó que en el siglo en el que fue construido el convento toresano «no se había pensado en servicios normales como el gas, el teléfono, la electricidad o Internet y hay que utilizar muros del siglo XIV para poner todas estas cosas y ahí es donde nos encontramos los principales problemas». El Real Monasterio del Sancti Spiritus fue de Toro fundado por testamento de la infanta portuguesa Doña Teresa Gil en 1307 aunque su construcción no finalizó hasta el año 1345. En la actualidad el Sancti Spiritus se destina a convento de religiosas Dominicas y a museo de arte sacro.