Las elevadas temperaturas que se han registrado durante el mes de agosto han «paralizado» el desarrollo de la remolacha especialmente en las parcelas de terrenos más «ligeros», como así han demostrado los últimos aforos practicados. Según sus resultados y de acuerdo a la información facilitada por el responsable de Coag-Zamora en el sector, Fernando García, los rendimientos estarían actualmente entre un 10 y un 15% por debajo de los registrados el año pasado por las mismas fechas, en que se situaban en las 80.000 toneladas por hectárea. Por otro lado, según García, algunos cultivos presentan enfermedades fruto de un cúmulo de circunstancias, desde una siembra tardía a causa de las intensas y persistentes lluvias del invierno y la primavera, un exceso de humedad y los fuertes calores del verano.

No obstante, Fernando García recuerda que la situación, en lo que respecta a los kilos, puede «mejorar» en caso de que el otoño sea favorable climatológicamente hablando: «si refresca y llueve las cosas pueden cambiar», aunque deja claro que, «de todas formas, no se va a llegar ni en kilos ni en polarización a los valores del año pasado». La mejoría se puede producir, a juicio de García, que afirma opinar como remolachero que es y no como «técnico», especialmente en cuanto a la riqueza de la raíz: «actualmente estamos en unos 15 grados, pero es verdad que a partir de ahora es cuando empieza a subir, aunque en principio hay que tener en cuenta que el calor implica menos riqueza y las temperaturas siguen siendo altas».

Según el responsable de Coag-Zamora, al parecer la intención de la Azucarera es iniciar la campaña en una fecha anterior a la del año pasado, en que abrió sus puertas el 3 de noviembre, debido a los problemas surgidos en la pasada campaña, en que las prolongadas lluvias del invierno provocaron el cierre temporal de la fábrica a en el mes de febrero cuando aún restaba por recoger unas 100.000 toneladas. Lo tardío del inicio de la campaña se debió, según la compañía, a la conclusión de algunas obras. Sin embargo, a criterio de García, este año puede ocurrir que «si llueve en octubre, este año el agricultor sea el que no tiene ganas de comenzar a arrancar para que la remolacha gane en kilos y riqueza».