Los vocales que conforman el pleno también aprobaron que la nueva sede del Consejo Regulador pueda adecuarse en el antiguo Alcázar. Una vez ratificada la decisión por el pleno, el siguiente paso, como explicó Moyano, será redactar una memoria técnica que será presentada a la Junta de Castilla y León, que se ha comprometido a costear el 75 por ciento del proyecto, para que «haga una reserva» en los presupuestos del próximo ejercicio. En breve, según explicó, el Consejo Regulador decidirá sobre la adjudicación de la redacción de esta memoria técnica que sentará las bases para que las entidades implicadas en el proyecto puedan tener una idea aproximada del coste final y de la intervención que precisa el Alcázar para que el edificio pueda albergar la nueva sede del Consejo Regulador.

Resaltó Moyano que en el pleno celebrado ayer los vocales manifestaron su total acuerdo con que el Alcázar pueda convertirse en la nueva sede del órgano vinícola, tanto por su ubicación como por las características del edificio, a pesar de tratarse de un monumento, condición que limitará las intervenciones a realizar. También recordó que en la zona en la que se asienta el Alcázar está previsto ejecutar un proyecto de remodelación por lo que «todo indica que puede quedar muy bien y es una zona en auge con las vistas al Duero, algo que es bastante importante, por lo que puede cumplir ampliamente los requisitos que se piden para que pueda albergar la sede».