La crisis económica ha disparado la inscripción de desempleados españoles y estudiantes en las bolsas de trabajo creadas por las organizaciones agrarias, para canalizar la oferta de mano de obra necesaria para la campaña de vendimia en la Denominación de Origen Toro. En el caso de la bolsa creada por Coag, según explicó su responsable, Amelia Rodríguez, hasta la fecha se han inscrito más de 300 personas de las que, aproximadamente el 50 por ciento, serán contratadas.

Destacó Rodríguez que, como consecuencia de la crisis económica, se han vuelto a inscribir en este servicio desempleados españoles y estudiantes, cuando «hace apenas dos o tres años no se inscribía prácticamente ninguno, ni para la vendimia ni para otras campañas del sector». De hecho, como subrayó, en las últimas vendimias, los viticultores han tenido que recurrir a la contratación de trabajadores inmigrantes, sobre todo rumanos y búlgaros.

Sin embargo, este año, como precisó, «se ha notado mucho la crisis» y los españoles que están en paro y también muchos estudiantes, han vuelto a recurrir a la vendimia para poder mejorar su situación económica. Así, en la bolsa de trabajo creada por Coag, alrededor del 30 por ciento de los inscritos son españoles en paro, el 20 por ciento estudiantes y el 50 por ciento restante trabajadores extranjeros, sobre todo rumanos y búlgaros. En el caso de la bolsa de empleo creada por Asaja, se han inscrito hasta el momento unas 30 personas, de las que dos son extranjeras y el resto españoles en paro y estudiantes. La gerente de Asaja, Genoveva Romero, reconoció que este año, en el caso de la vendimia, se ha detectado un cambio similar al registrado en el sector de la hostelería ya que, como precisó, «hace poco más de un año, casi todos los trabajadores eran extranjeros pero, ahora, los españoles en paro quieren volver a trabajar en este sector». En cuanto al jornal que percibirán los trabajadores, se estipulará en función de las horas de trabajo, aunque rondará entre los 45 y los 60 euros por jornada. Sobre la duración de los contratos, Rodríguez subrayó que, «no suelen superar el mes» ya que los viticultores intentan agilizar al máximo la recogida de uva, a lo que hay que sumar que «suelen hacer parones», para recoge en primer lugar la uva blanca, después la tinta de vides viejas y por último los viñedos jóvenes.