El director de orquesta de reconocido prestigio internacional Jesús López Cobos ha estado recientemente en Toro para ejercer de pregonero durante las pasadas Fiesta de la Vendimia. El maestro aprovechó su breve estancia en la localidad para hablar de algunos aspectos relacionados con la música y de su cargo como director musical del Teatro Real, que abandonará en 2010 cuando cumpla 70 años.

-Toro, como usted sabe, es una localidad donde existe una gran afición por la música. Una de las agrupaciones musicales toresanas apuntaba recientemente la conveniencia de contar con un auditorio para conciertos que tuviera una buena acústica, ¿cree que es necesario?

-Siempre es bueno que existan sitios que hayan sido pensados para la música, porque la acústica de la música es especial, no es la misma que necesita, por ejemplo, un teatro hablado. Aquí hay un sitio que tiene una acústica fantástica que es la Colegiata, yo ya he dirigido concierto ahí, pero la Colegiata es una iglesia. Claro que lo ideal seria que hubiera un local o un teatro que tuviera las condiciones acústicas idóneas, teniendo sobre todo en cuenta que hay varias agrupaciones que se dedican a la música y que hay incluso una Escuela de Música.

-¿Sigue firme en su decisión de no renovar su cargo como director del Teatro Real de Madrid en el año 2010?

-Sigue en pie , por supuesto. En nuestra vida yo creo que hay momentos en que hay que tomar decisiones y yo ya había pensado, más tarde o más temprano, empezar a frenar en cuanto a actividad. Y me ha coincidido muy bien, me coincidía todo porque en el 2010 cumplo 70 años y pienso que es momento de echar el freno hacer un poquito menos y tener más tiempo libre.

-¿Y a partir de ese momento, en qué se va a centrar?

-Pues a partir de ese momento lo que quiero es tener menos actividad y, además, al no tener un cargo estable, uno es mucho más libre para decir, bueno pues me apetece hacer tantos conciertos o hacer una ópera o dos al año.

-Es decir, que lo que no quiere es asumir la responsabilidad de un cargo.

-Exacto, no quiero un cargo cogido por tanto tiempo, como siempre tiene que ser, por otro lado, cuando uno tiene un cargo estable. Yo ahora al Teatro Real le dedico un mínimo se seis meses al año intensivos y, aparte de eso, estoy continuamente hiendo a otras partes, ahora me voy dos meses a Nueva York y prácticamente paro muy poco, salvo algo en el verano y quiero cambiar todo eso totalmente.

-Después de estos años residiendo en España, ¿cómo cree que se gestiona la música a nivel institucional?

-Depende de qué institución, no se puede generalizar, aunque creo que hay siempre un peligro que es la politización de la cultura y eso es un peligro continuo y puede ser, efectivamente, que haya instituciones que empiecen a politizarse más que otras, pero, insisto, es muy difícil generalizar en este tema.

-A priori un mundo como el de la música debería estar al margen de decisiones puramente políticas.

-Debería ser incompatible una cosas con otras, pero de hecho las instituciones donde se emplea tanto dinero público es muy difícil que se puedan liberar de eso, es decir, piensan que donde ponen dinero también quieren poder decidir, en cierto modo es lógico.

-¿Y a nivel de política educativa cree que se han tomado las decisiones más acertadas en relación con una disciplina como la música?

-A nivel educativo todo lo que se haga es poco, por supuesto la educación es lo más importante para todo, para la música también, pero para todo. En este sentido, todo lo que se invierte en educación se invierte en el futuro de cualquier país.

-En Enseñanza Secundaria la asignatura de música desaparece, ¿cree que es un error?

-Sí, claro, yo siempre he dicho que es un error pensar que en la educación normal y general de los jóvenes se atienda solamente a lo que es la parte material, por así decirlo, de la persona, es decir, la ciencia, las matemáticas, la historia, etc y se olvide la parte espiritual, la enseñanza de las artes, de la música, etc, es un aspecto muy importante de la formación general de la personas que no se puede dejar a un lado.

-¿A qué edad es bueno que un niño comience los estudios de música?

-Cuanto antes mejor, un niño cuanto más joven es también es más sensible a la música . Obligatoriamente no hay que ponerlo a estudiar un instrumento cuando tiene cuatro o cinco años, pero lo menos que tenga la posibilidad de escuchar, que es lo más importante, ponerle en contacto con la música. Y no cabe la menor duda del valor educativo que tiene para un niño pequeño el contacto con un instrumento, el hacer música, tiene un valor educativo fantástico de disciplina, de satisfacción porque tienes que estar continuamente superando lo que significa la dificultad de aprender un instrumento.