La comarca de Toro registra una de las poblaciones de topillo campesino más altas de la región junto con otras áreas como el sur de Segovia y Palencia. Así lo pusieron de manifiesto los técnicos del ITA (Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León) que ayer se desplazaron a Toro para informar sobre este asunto a los agricultores en una charla organizada por la Consejería de Agricultura. Los estudios practicados semanalmente por este centro, según dijeron, demuestran, además, que la incidencia de la plaga «sigue siendo muy alta en determinados lugares», como es «una gran área en torno a Toro», como señaló Ignacio Armendáriz.

Los técnicos se refirieron al nuevo plan que la Consejería pondrá en marcha para combatir la plaga y, aunque será hecho público en breve por la consejera, avanzaron que «se va a pasar a una fase de mayor intensidad tanto en el tratamiento como en la localización geográfica». Así mismo Armendáriz confirmó que se va a sustituir la clorofacinona -veneno que la Junta ha venido distribuyendo hasta ahora para combatir la plaga- por otro principio activo y que el método de aplicación «será más seguro». En este sentido puntualizó que podría ser «similar» al que ahora está empleando el ITA en sus ensayos, el cual se aplica directamente en las madrigueras o madrigueras, a fin de no dañar a otras especies animales. Respecto a la efectividad de la clorofacinona, según Armendáriz, «más bien lo que ha habido son problemas técnicos, ya que se trata de un veneno que es fácilmente degradable, lo cual es bueno para el medioambiente, pero ha habido quien lo ha almacenado y debido a las humedades se ha descompuesto, por lo que, cuando lo han ido a aplicar, más que matar lo que han hecho es engordar a los topillos».

De cualquier forma, el técnico afirma que la plaga tiene que «acaba desapareciendo por sí sola», algo que este año parece ya difícil, puesto que a partir de marzo la especie se reproduce. No obstante, cada vez tienen más claro que «nos va a tocar convivir con esta plaga como ocurre en Francia o Alemania, donde aparece cada dos o tres años». También adelantó que el nuevo plan de la junta también se enfocará hacia la prevención a largo plazo, como puede ser el favorecer la presencia de población depredadora, sin olvidar la medidas de limpieza, aunque en este sentido señaló que «es verdad que tienen efectos negativos por otros lados ».

Sobre el origen de la plaga que padece la región, Armendáriz reconoció que «se está investigando, pero, sinceramente, no se sabe». Si señaló que se han visto «sorprendidos» por su «amplitud y uniformidad», puesto que «según la experiencia con que se cuenta, en otros paises, como los Escandinavos, suele ser mucho más local». El técnico apuntó en este sentido la presencia de regadío como un posible factor, en tanto que estos cultivos proporcionan alimento durante todo el año. En cuanto a los daños ocasionados en el viñedo afirma que los ensayos practicados han determinado que «no se ha visto muy afectado», piensa sobre todo que debido a que «los viticultores se aplicaron mucho en combatirlo, ya que es un cultivo caro». Por otra parte, explicó que aunque en un principio se pensó que la plaga había sido «invasiva» desde Tierra de Campos, lo que hemos visto finalmente es que «se ha producido a partir de poblaciones muy pequeñas, pero se encontraba por todos los sitios, ya que si no hubiera sido así no hubieran pasado de la zona palentina, ya que cada generación solo se desplaza dos kilómetros». Además, añadió, estudios realizados en los años 90 han demostrado que los topillos «estaban en los mismos lugares que ahora y no creo que de pronto se hayan extendido».