La Federación de Caza de Castilla y León está estudiando la posibilidad de presentar una denuncia contra la Junta de Castilla y León tras conocer el resultado de los análisis efectuados por el laboratorio toxicológico de la Universidad de Murcia, que prueban que la muerte de liebres en el coto de Toro es consecuencia de la ingestión de veneno utilizado por la Consejería de Agricultura para luchar contra la plaga de topillos. Luis Ciria, el presidente del órgano regional, está a la espera de la reunión que mantendrá mañana con el representante de la delegación zamorana, José Antonio Prada, para tomar una decisión definitiva.

Ciria adelanta que «estamos unidos y todo lo que decida Zamora lo vamos a apoyar». El presidente de la Federación castellano-leonesa, que ya tiene constancia del resultado de los análisis por el propio Prada, quiere, no obstante, estudiar a fondo el documento remitido por la Universidad de Murcia. «Una vez que hayamos analizado el asunto, tomaremos una decisión, desde luego tenemos la denuncia "in mente". Vamos a consultarlo y actuaremos en consecuencia».

Luis Ciria deja muy claro que «no nos vamos a quedar callados: daremos guerra; creemos que la Junta se ha equivocado al repartir el anticoagulante (la clorofacinona) como lo ha hecho y al no tomar precauciones en su aplicación. Ahora están llegando las consecuencias. Las liebres muertas en Toro son una de las consecuencias. Pero también hemos mandado analizar dos o tres ratoneros ("aguiluchos") muertos, creemos que también son víctimas del veneno».

Ciria, no obstante, se muestra cauto. «No vamos a jugar de salón ni adoptaremos decisiones a la ligera. Nos asesoraremos para que la denuncia salga adelante, hay que evaluar todo el problema, no queremos dar pasos en falso que después nos vayan a pesar. Sabemos que es importante tener bien atado todo el proceso. Es vital conocer cómo se recogieron los cadáveres de las liebres, si estaba presente la Guardia Civil, ver todo el proceso en su conjunto, la validez de los análisis efectuados, el valor de las piezas... Muchos aspectos, cuando todo esté bien atado actuaremos, no queremos pecar de impulsivos, haremos las cosas bien, que nadie tenga dudas. Vamos a demostrar que todos los cazadores estamos unidos...».

El presidente de la Federación de Caza de Castilla y León se mostró ayer dispuesto a apoyar «hasta el final» los actos de protesta que convoque la delegación de Zamora. En principio, según adelantó el sábado a este periódico el presidente de los cazadores zamoranos, José Antonio Prada, está prevista la convocatoria inmediata de una manifestación «en Zamora o en Valladolid» para pedir a la Consejería de Agricultura que paralice el tratamiento con clorofacinona o con otro tipo de anticoagulantes. «Entendemos que el problema de los topillos es muy serio, que los agricultores tienen razón en sus protestas, pero, visto lo visto, habrá que tomar otras medidas. No se puede optar por el envenenamiento masivo de los campos. Eso es una barbaridad que no sólo las liebres y otros animales están pagando; todoslo vamos a pagar, el tiempo lo dirá».

Luis Martínez: «Estamos a la espera de lo que decida Zamora y Valladolid»

El presidente de la sociedad de cazadores del coto de Toro. Luis Martínez, aseguró ayer a este periódico que esta asociación, en principio, no va a adoptar ninguna decisión. «Estamos a la espera de lo que decida la delegación provincial de caza de Zamora y la Federación de Castilla y León; que son quienes tienen los medios adecuados. La reunión del martes (por mañana) va a ser muy importante, lo que allí se acuerde lo vamos a acatar».

El coto de Toro ha sido el más afectado por la mortandad de liebres. De hecho, Luis Martínez denunció a principios del pasado mes de noviembre la muerte de la mitad de la población de liebres. Esta circunstancia fue la que llevó a enviar varios cadáveres de animales a un laboratorio especializado de Murcia. Los análisis de los restos han confirmado que las liebres murieron por la ingestión de clorofacinoma, un anticoagulante distribuido por la Junta entre los agricultores para luchar contra la plaga de topillos, roedores que aún siguen causando daños en la comarca.