La llegada de los Reyes Magos a la ciudad de Toro iluminó los ojos y la mirada de cientos de niños y niñas que contemplaban extasiados la presencia de unas majestades a la que esperaban con la mayor de las ilusiones.

Fue mediada la tarde cuando los extraordinarios personajes hicieron su aparición vestidos con las bellas y vistosas túnicas, y luciendo unos rostros barbados y unas coronas que impresionaban por su distinción.

Como es habitual, aprovecharon la presencia en la ciudad de doña Elvira para acercarse hasta las diferentes residencias de ancianos para llevar su calor y su bondad a los pacientes e ingresados en los centros de la tercera edad, que igualmente agradecieron a las comitivas regias su presencia. Los Reyes hicieron un generoso reparto de dulces al personal para animar así una jornada marcada por la esperanza y la felicidad.

Sin embargo fue el sector infantil el que realmente disfrutó con la parada y el recorrido por las calles de la ciudad de los Reyes Magos. La Policía Municipal había puesto de su parte todos los remedios para que la población respetara la circulación de la comitiva por las calles, de modo que los usuarios trataron ayer de mantener despejada las calles por donde marcharon sus majestades.

Fue una marcha entusiasta y brillante, que madres, padres y niños disfrutaron porque a la radiante figura de los Reyes se añadió el explosivo reparto de caramelos del que se hizo gala con dispendio.

En la Plaza Mayor fue culminada una operación de regalos con la entrega a los jóvenes de los juguetes más deseados, y que les ha permitido ver cumplidos sus más fervientes deseos.