La Mesa de Seguimiento de la fábrica azucarera de Toro ha fijado la fecha de cierre para el próximo día 8 de marzo, aunque la factoría permanecerá abierta unos días más en caso de que siga llegando remolacha. Se daría así por cerrada una campaña de larga duración, aunque no está claro que se pueda finalmente entregar toda la remolacha sembrada, puesto que en la zona de Salamanca aún permanecen por recolectar alrededor de 20.000 toneladas de raíz como consecuencia de la adversa climatología para este cultivo, que ha impedido el acceso de la maquinaria a las tierras, de carácter arcilloso. La situación se ha complicado aún más en los últimos días a causa de las abundantes nevadas registradas en la zona. El acuerdo para fijar la fecha de cierre fue adoptado por unanimidad de todas las organizaciones agrarias, según ha informado uno de sus responsables, Paulino Rubio, representante del sector remolachero en Asaja.

El pasado fin de semana aún restaban por entregar unas 95.000 toneladas de remolacha, de las que unas 70.000 han sido ya recolectadas y se encuentran amontonadas en las fincas a la espera de poder ser entregadas en la fábrica. Hasta esa fecha la fábrica de Toro había recibido ya más de 1.050.000 toneladas, y se espera superar el 1.160.000, ya que la previsión es que la fábrica toresana recoja remolacha procedente de otras zonas, como son Palencia e incluso León. A fin de prolongar la campaña durante unos días más en un intento de que finalmente se pueda extraer toda la remolacha, la mesa de seguimiento regional acordó también el pasado lunes por la mañana ralentizar el ritmo de molienda diario. Las organizaciones agrarias han recomendado a los cultivadores que intenten «por todos los medios» extraer su remolacha. En caso de que finalmente quedase raíz en las tierras, no sería la primera vez que ocurriría, puesto que esta misma situación ya se vivió hace más de una década, como ha recordado Paulino Rubio, el representante de Asaja. La fábrica de Toro será la última que cierre en esta campaña.

Por otro lado, ya se está preparando la campaña de siembra, que está a punto de comenzar. En este sentido todo indica que finalmente el descenso de la contratación no va a ser tan acusado como se pensaba en un principio, puesto que se podría alcanzar el millón de toneladas, aunque este extremo tendrá que ser confirmado por la fábrica. En cualquier caso, la reducción afectará en principio a la contratación de la remolacha "barata", es decir, la que el pasado año se pagó a 36 euros la tonelada.