El grupo municipal socialista denunció ayer en rueda de prensa la existencia de «una trama urbanística», «la mayor que se ha producido en la historia de la democracia en Toro», en torno al nuevo polígono industrial "El Palo", que ha sido presentado recientemente en el Ayuntamiento y que responde a «una promoción privada» que cuenta con el respaldo municipal. Según la denuncia formulada públicamente por los socialistas, el equipo de gobierno del PP «ha consentido que se haga un polígono privado en un terreno público» y para ello «han modificado el uso de suelo con el fin de favorecer los intereses de unos empresarios en detrimento del interés general y del desarrollo industrial de la ciudad».

Según el documento puesto ayer sobre la mesa por el portavoz del PSOE, Fernando Pizarro, el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), el sector número 13 denominado "El Palo" viene calificado como "de iniciativa pública a desarrollar por el sistema de expropiación", lo que quiere decir, según Pizarro, «que es el Ayuntamiento o bien otra institución pública directamente o a través de las sociedades que tienen dispuestas para estos fines los que desarrollen el polígono industrial». Sin embargo, según denunciaron, ha sido una empresa privada «de reciente creación y que aún no está registrada en el Registro Mercantil, la que va a hacerse con la promoción, construcción y desarrollo del polígono», y todo ello, afirman, «con la aquiescencia y el consentimiento del Ayuntamiento de Toro».

Precisamente en la mañana de ayer, según pusieron de manifiesto, el grupo popular aprobó en comisión informativa el cambio de suelo para que en lugar de ser de expropiación pase a ser compensación con el fin de poder llevar a cabo la medida. Así mismo, denunciaron que tienen constancia de que «por parte de algún empresario de Toro, junto con algunos empresarios de Madrid, algún abogado y un estudio de ingenieros», que son los que según los socialistas forman la empresa que va a desarrollar el polígono, han estado, «en nombre del Ayuntamiento de Toro, amenazando y coaccionando a los propietarios de los terrenos sitos en el polígono para que entraran a formar parte de la promoción o Junta de Compensación o para que cedieran los terrenos».

Pizarro aportó a los medios de comunicación la denuncia presentada al alcalde el 18 de noviembre de 2005 por parte de uno de los propietarios de terrenos, en la que se dice que «a estos propietarios se les ofrece dos opciones: bien aportar los terrenos a la Junta de Compensación y a cambio la empresa le devuelve un 28% del terreno aportado, quedándose ellos con el 45%, que es el resto del suelo utilizable; o bien aportar todos los terrenos más 25% euros por metro cuadrado para la urbanización, y de esta manera entrar a formar parte de la Junta de Compensación, es decir, hacerse socio de esta trama urbanística». Pizarro explicó que ante la negativa de algunos propietarios a acogerse a alguna de las dos opciones, «estos señores amenazan con expropiar los terrenos en nombre del Ayuntamiento de Toro y pagarlos entre 2 y 3 euros el metro cuadrado», con lo que se estarían «saltando a la torera la Ley 6 de 1998 sobre Régimen del Suelo y Valoraciones».

Así las cosas y teniendo en cuenta que de los 137.547 metros cuadrados de que consta el polígono son aprovechables 96.282 metros cuadrados, y que ésta superficie pretende ser vendida a 96,16 euros el metro cuadrado, según expuso Pizarro, «se está hablando de un beneficio de 4.728.000 euros (después de descontar a los 5.346.846 euros resultantes 600.000 euros de urbanización y 18.000 de proyectos) que se repartirían entre la empresa Marquesinas, un empresario de Toro, un estudio de ingenieros y, según consta en la denuncia, "el de la propina"». Ante esta situación, consideran que se está produciendo un «pelotazo», puesto que, como explicó Pizarro, «lo lógico de una promoción pública de terreno es que el precio de venta sea simplemente el real de la urbanización más el del suelo, es decir, cualquier administración pública no tiene entre sus fines el lucro; mientras que cualquier empresa privada tiene entre sus fines el lícito beneficio empresarial; de ello se deduce que las parcelas se podrían poner a la venta a 5.000 pesetas el metro cuadrado, mientras que en una promoción privada ha de ponerse como mínimo a 5.001 pesetas».

Pizarro quiso, además, que constara que el proyecto fue presentado en el Ayuntamiento, «no siendo la primera vez que utilizan unas instalaciones públicas para promocionar una empresa privada», y que las reuniónes se han celebrado en el Consistorio «con la asistencia del concejal de Obras y Urbanismo Fernando Caballero». Además, hicieron llamar la atención sobre le hecho de que en los contratos que se dan a firmar a los propietarios no se establece el plazo de reversión.

Preguntas sobre el polígono Este

Fernando Pizarro adelantó ayer a los medios de comunicación, «para que se vayan preparando las respuestas», según dijo, algunas de las preguntas que sobre este asunto formularan en el pleno del próximo viernes. Cuestiones como «porqué el Ayuntamiento o bien sociedades como Sepes o Gestur, por ejemplo, no han desarrollado el polígono industrial, evitando así contravenir el PGOU y poniendo a disposición de los empresarios el suelo a un precio muchísimo más económico»; «porqué no se termina de desarrollar el polígono Este»; «cómo es posible que la empresa de ingeniería y el Ayuntamiento de Toro sin la intervención de ningún técnico municipal y convocando a empresarios y propietarios les presenten en el salón de plenos unos planos y una ordenación que en tanto en cuanto no cuentan con los permisos y las licencias necesarias, no son más que quimeras».

Así las cosas dejó claro que no van a apoyar que se cambie el uso de suelo y «que se fomente la especulación»; y que no van «a participar en un pelotazo urbanístico que va a servir exclusivamente para enriquecer a un empresario de Toro, a un estudio de ingeniería y una empresa de construcción de Valladolid, y a alguien más, que ya se investigará bien por nuestra cuenta o utilizando los cauces que se considere oportunos, posiblemente».