El Centro Teológico de Zamora ha organizado por primera vez en Toro un curso destinado a la formación de seglares y laicos «para que profundicen en la fe de tal manera que pueda ayudar a otro grupo más amplio, es decir pasar de una fe simplemente innata, natural, a una fe que obliga a ir más lejos», según ha explicado el director del centro, el toresano Francisco García, que será junto al párroco de Toro Antonio Martín, quienes se encarguen de impartirlo.

El curso, que se desarrolla en el centro parroquial de Santo Tomás, se celebrará durante los tres próximos años a razón de dos cuatrimestres cada uno y en él participan 30 personas, la mayoría mujeres de edad mediana. A lo largo de este tiempo se impartirán diferentes materias como la Introducción a la Biblia, la Ecresiología e Iglesia Local, el Antiguo Testamento y Cristología, las cuáles se abordarán en el primer curso, que ha comenzado este mes de febrero y que finalizará en junio. En el segundo curso se desarrollarán materias como el Antiguo Testamento, la Moral de la personas, el Nuevo Testamento y El misterio de Dios, mientras que en el tercer y último curso las materias serán, además del Nuevo Testamento, la Teología del laicado, la Liturgia y los Sacramentos, así como la Moral Social t la Doctrina Social de la Iglesia.

El director del Centro Teológico de Zamora, que también es párroco de la iglesia de San José Obrero de la capital, considera que este tipo de cursos se han especialmente necesarios en el momento actual, puesto que reconoce que la fe «ha perdido relevancia social» e «incluso para los creyente está casi en entredicho, porque viven en un mundo que ya no piensa como se pensaba antes y o se aprende a creer de una forma nueva o la fe se pierde». Es decir, cree que «el problema que tiene la mayoría de la gente tiene es que la fe que tenía antes no le sirve para afrontar el mundo tal y como es ahora y no termina de encontrar o no quiere buscar». No obstante, admite que «es verdad que no hay muchos espacios en la Iglesia para buscar formas nuevas y no hay mucha gente que que quiera profundizar no solo en la fe, sino en casi ninguna cosa».