La nada despreciable cifra de 25 años han pasado ya desde que fueron quintos y les llamaron a filas para cumplir, la por entonces obligatoria, cita con la "mili". Y las bodas de Plata las celebraron por todo lo alto, pues los quintos de 1981 ayer volvieron a sentirse jóvenes ataviados con un crespón con la bandera de España y paseando una insignia con el texto "Quintos de 1981" .

En ese año fueron 23 «el mismo número que este año» indicó Jesús Menoyo, uno de los mozos nacidos entre septiembre de 1961 y los nacidos en 1962 que conforman la quintada, «unos no han venido y en su lugar se han sumado otros que en su momento no participaron en la quintada por algún motivo»

Los preparativos para las bodas de Plata comenzaron hace algunos meses, pues todo tenía que estar a punto. Primero surgieron los contactos entre ellos, algo bastante fácil en tanto que la mayoría de ellos tiene su residencia en Toro «todos salvo tres, el sacerdote Bernardo, otro quinto que vive en Valladolid y otro que tiene fijada su residencia en la provincia de Palencia» concreta Menoyo.

Tras las primeras conversaciones llegó el turno a las cenas, en las que la hermandad se fue ratificando a la vez que ultimaban los detalles de la celebración que finalmente tuvo lugar ayer, tras un arduo esfuerzo en los últimos meses para concretar una fecha exacta.

Los actos comenzaron a las 9 de la mañana, hora fijada para el desayuno conjunto de todos los integrantes de la quintada. Una vez retomadas sus fuerzas, los quintos acompañados por sus parejas asistieron a una eucaristía en la iglesia de Arbás. La misa en la que contaron con la presencia de un músicos y la parte vocal correspondió a uno de los quintos que es sacerdote.

Una vez concluido el acto litúrgico la comitiva festiva se trasladó a cantar «la copla a quienes la compusieron. La letra nos la hizo Amador Coral y la música el maestro Jesús de la Sota» afirmó Jesús Menoyo, quien recordó que «habla de la ciudad de Toro: de sus monumentos, del servicio militar de aquel entonces en que había un excedente de cupo entre los mozos, de las madres y también de las novias, ahora ya mujeres...». Pero la fiesta no quedó en eso, sino que en el Ayuntamiento la comitiva fue recibida por autoridades locales, en concreto por el alcalde de la ciudad, Jesús Sedano, acompañado por la concejala de Festejos del consistorio toresano, Francisca Hernández. Tras el recibimiento oficial, los quintos y sus acompañantes se trasladaron hasta el hotel Juan II donde mantuvieron una comida de hermandad. La fiesta prosiguió durante la tarde y ya por la noche volvieron a cenar todos juntos para a continuación desplazarse hasta uno de los pubs de la ciudad donde bailaron hasta altas horas de la madrugada.

No tendrán que esperar otros 25 años, hasta que le llegue el turno a a las bodas de Oro, para realizar otra reunión, pues el encuentro festivo efectuado ayer marcará el inicio de una serie de celebraciones anuales, según confirmó ayer Menoyo. Las reuniones anuales tendrá lugar coincidiendo con la festividad de las Candelas «fecha en la que tradicionalmente se celebraban la fiesta de los quintos» indica Jesús Menoyo.