El Centro de Asesoramiento Social y Laboral para Inmigrantes de UGT (CASLI) cifra en unos 600 los extranjeros que residen en Toro, aunque esta cifra incluye tanto los que están empadronados en el Ayuntamiento como los que se encuentran en una situación irregular. Según los últimos datos facilitados por el INE, el padrón municipal registra un total de 385 inmigrantes, una cifra suficiente como para que el sindicato haya remitido una carta al alcalde con el fin de saber si se está aplicando la normativa vigente relativa a las renovaciones en el empadronamiento de extranjeros no comunitarios.

Según la respuesta remitida recientemente por el mandatario, este asegura que desde el Consistorio se está aplicando la Resolución del 26 de mayo del pasado año, según la cual se debe enviar una notificación a todos los extranjeros afectados por la normativa para que renueven su inscripción en el padrón. En caso de que no se lleve a cabo esta renovación en el plazo marcado, «los inmigrantes deberán recibir una carta del alcalde en la que se les debe informar que se encuentran dados de baja en el padrón», según ha señalado la responsable del centro de asesoramiento de UGT, Carmen de Santos. No obstante y aunque dice que «nos fiamos de que las cosas se estén haciendo así», desde el sindicato se está informando a los inmigrantes de que la renovación se debe llevar a cabo cada dos años. De Santos entiende que «es recomendable que se empadronen, ya que así pueden sacar su tarjeta sanitaria o acceder a otro tipo de ayudas».

Aunque no de forma muy relevante, sin embargo Carmen De Santos afirma que «siempre suele haber algún caso de explotación a inmigrantes por parte de algunos empresarios de la zona». Fundamentalmente se da el caso de «personas que comienzan a trabajar y no se les hace el contrato hasta dos meses después, este tipo de picardías si se dan», asegura. No obstante De Santos sostiene que desde UGT «estamos intentando que la situación laboral sea la misma que la que tenemos los españoles, es decir, que no sufran explotación ni abusos laborales por el hecho de ser extranjeros». Sin embargo quiere aclarar que no denunciarán situaciones irregulares si el inmigrantes afectado no quiere hacerlo, algo que suele ocurrir por miedo a perder el trabajo.

Entre 25 y 40 años, baja cualificación laboral y de ambos sexos

La responsable del CASLI afirma que la mayoría de los inmigrantes que acuden a UGT en Toro plantean cuestiones relacionadas con la regularización de su situación y sobre la reagrupación familiar, fundamentalmente. «Sobre todo quieren saber qué tipo de documentación se necesita». Según De Santos, «algunos llevan hasta 5 y 6 meses sin regular su situación, pero la única solución que tienen ahora mismo es regresar a su país y volver con una oferta de trabajo en España». Los que encuentran trabajo en la provincia de Zamora en general y en Toro en particular lo hacen en el sector agrario o como empleadas del hogar. Normalmente, explica Carmen De Santos, «tienen una baja cualificación, salvo algunos de los que proceden de países del Este, aunque estos también acaban trabajando en el campo». Toro comenzó a recibir inmigrantes de forma destacada hace unos cuatro años, sostiene la responsable del CASLI, aunque puntualiza que «el boom se produjo en el 2004 y el 2005». Así mismo, señala que «en un principio abundaban las inmigrantes femeninas, ya que primero venían las mujeres y luego se hacía la reagrupación familiar, pero ahora la inmigración se da por igual entre ambos sexos». En cuanto a la edad, la mayoría tienen entre 25 y 45 años.