Iniciada en la Cadena Ser, desde la que dio el salto a TVE, y ahora embarcada en la cuarta temporada de "Más vale tarde" en La Sexta, Mamen Mendizábal no cree que el periodismo sea una profesión donde se discrimine a las mujeres, ya que son "mayoría" en las redacciones.

La periodista madrileña reniega además, en una entrevista con Efe, de la teoría de que a veces se da prioridad a que la información sea contada por una cara bonita que a los propios hechos, una afirmación que considera que solo trata de desacreditar a la mujer como profesional.

Galardonada con el Antena de Oro en 2013 y el Premio Ondas a mejor presentadora en 2014, entre otros, Mamen seguirá dirigiendo las tardes de La Sexta, y ya van más de 1.000, con la intención de mantener consolidado un formato informativo en esta franja horaria convencida de que la audiencia no lo justifica todo.

PREGUNTA: ¿Cómo resumirías estos cuatro años al frente de "Más vale tarde"?

RESPUESTA: Hemos ido creciendo como programa a la vez que crecía el interés por la actualidad y por la información. Creo que nos ha sorprendido a todos que en un territorio como la tarde, en el que no era habitual que los programas de información tuvieran éxito, hayamos consolidado una apuesta por la información total.

P: ¿Éste ha sido el mejor inicio de temporada del programa?

R: El arranque es extraordinario en cuanto a datos porque es extraordinario en cuanto a contenidos: los grandes juicios de Gürtel y las tarjetas "black", la crisis política, la del PSOE, la formación de Gobierno... Todo lo que está pasando es tan inédito, que la televisión, y La Sexta, que tiene una apuesta tan clara por la información, ha conseguido convertirse en referente.

P: ¿La audiencia prevalece por encima de todo?

R: Si te pierdes en perseguir datos buenos, probablemente te pierdas en el formato y pierdas tu apuesta informativa. Hay otros programas con otros formatos por la tarde que hacen mucha más audiencia. El material con el que nosotros trabajamos es la realidad, no podemos sacrificar nuestros códigos a cambio de espectadores. No todo vale por la audiencia (...).

P: A veces parece, y de ello se critica en ocasiones a tu cadena, que prima más que una información sea contada por una cara bonita que la noticia en sí.

R: Reniego de esa teoría. Yo he trabajado en la radio muchos años y da igual la cara que tuviera. Estoy ya en el postmachismo, me parece que las mujeres al frente de la información somos muchísimo más que caras bonitas: tenemos cabezas mucho más bonitas, mejor armadas. La tele siempre tiene un componente estético, pero eso no tiene que ver con que la cuenta mejor una cara bonita que otro tipo de cara. Ese tipo de comentarios intentan desacreditarnos como profesionales a las mujeres.

P: ¿Te has sentido alguna vez discriminada o has tenido que trabajar más que tus compañeros para estar donde estás?

R: No he sentido la discriminación en el trabajo. Las redacciones están llenas de mujeres, somos mayoría, no es una profesión donde haya visto discriminación. Hay algunas mujeres que nos han abierto un camino inestimable y yo tengo referentes periodísticos, como Rosa María Calaf, que han aparecido y que han recorrido mundo antes de que nosotras llegáramos.

P: ¿Crees que se pagan consecuencias por salir todos los días en la pequeña pantalla? ¿Puede llegar a quemarse la imagen profesional?

R: La primera consecuencia es que en cuanto apareces en la tele has regalado tu anonimato. Pero puedes llegar a quemarte con otro tipo de formatos; si los periodistas podemos sobrevivir a largo plazo en la televisión es por nuestra materia prima, que es la información. Otro tipo de formatos van mucho más pegados a los datos de audiencia, a los éxitos, a las temporadas... Con nuestra apuesta es un poco más difícil porque siempre va a haber información, no se va a agotar.

"TVE necesita un replanteamiento"

P: Antes de La Sexta estuviste en TVE. ¿Has notado muchas diferencias entre la pública y la privada? ¿Tienes más independencia?

R: Me siento muy afortunada de haber caído en ese momento concreto porque con 59 segundos hice una apuesta clarísima por la pluralidad. No conocí ni censuras ni la ocultación de la información, que es más grave todavía. Conocí una televisión pública que apostaba por revertir una época muy oscura. Depende de cómo sea cada uno, de cómo pelee por los ideales y por la coherencia profesional, pero también depende de los jefes que tengas.

Tanto en ese momento como ahora he trabajado con muchísima libertad.

P: ¿Cómo ves ahora la pública?

R: Necesita un replanteamiento en cuanto a la información. Nos ha dejado una enorme oportunidad a La Sexta, nos ha brindado espacios infinitos porque no ha estado como referente informativo, y en la época en la que yo estuve sí lo era. Ahora ha cedido ese espacio para dedicarse a otros asuntos. Necesita una reflexión en profundidad sobre qué tipo de televisión pública, que pagamos todos, están haciendo, qué voces se escuchan, qué pluralidad hay.

P: En tu programa tú cuentas con muchos colaboradores. ¿Crees que hay una sobreabundancia de tertulias?

R: Probablemente la televisión está apostando demasiado por la opinión, sí que puede haber un overbooking, una saturación en pantalla de opinadores. En MVT tenemos claro que de poco vale la opinión si la información que aportamos no es sólida, novedosa o no da exclusivas.

P: Antes de la televisión trabajaste en la Cadena Ser. ¿Echas de menos algo de aquella etapa?

R: La radio me sigue gustando muchísimo como medio de comunicación, como oyente y como periodista. En la televisión, técnicamente es todo mucho más complicado, y eso complica que llegue el mensaje al espectador. En la radio, en cambio, es todo más sencillo, dependes de los periodistas que trabajan contigo, de ti misma y de tu voz, pero no estás tan supeditada a la tecnología. Como instrumento de comunicación es muy directa, acompaña muchísimo en la vida, puedes hacer un millón de cosas mientras la escuchas.

Sigo teniendo un gran recuerdo porque lo que sé hacer a día de hoy lo aprendí entonces, y sigue siendo mi referencia informativa cuando me levanto.

P: También participas en redes sociales. ¿Crees que los medios españoles han sabido adaptarse a esa nueva realidad?

R: Están en ello, todos. En los últimos dos años se ha hecho una adaptación, pero hay que ver cómo pueden convivir el papel con lo digital y con ese formato de soltar información a través de Twitter en pequeñas dosis. Está muy bien enterarte de los titulares a través de Twitter, te coloca las noticias enseguida, pero no se alcanzan ni el contexto ni la profundidad, ni siquiera el conocimiento de lo que estamos contando. Me da un poco de miedo que vivamos en una nueva etapa de periodismo de titulares donde rascas y no hay contenido, no hay información, no hay contexto, que es casi lo que a mí más me interesa de nuestro trabajo.

P: ¿Está Internet sustituyendo al periodismo profesional?

R: No creo que lo esté sustituyendo, pero hay mucha gente ya que coge el móvil por la mañana y mira en Twitter antes de abrir un periódico. No creo que se esté sustituyendo al 100 %, pero sí que se está convirtiendo en una preferencia muy poderosa en este momento.

"La crisis ha precarizado la profesión"

P: Haz una radiografía general de la profesión

R: Creo que la crisis ha hecho dos cosas en nuestro sector: lo ha debilitado a lo bestia, lo ha precarizado muchísimo. Pero por otro lado ha hecho que los medios dejen en muchos casos de ser apéndices del poder. De alguna manera he percibido un despertar periodístico, muy crítico, muy en contacto con la realidad.

P: De toda tu carrera profesional, ¿hay alguna cobertura o entrevista que te haya marcado especialmente?

R: Hace ocho años pude vivir un momento histórico en EEUU cubriendo las elecciones presidenciales para La Sexta: Obama supuso todo lo contrario a lo que están suponiendo estas: la llegada de la ilusión, una nueva forma de hacer política, o por lo menos de la creencia de una nueva forma de hacer política... Era además el primer presidente negro en alcanzar la presidencia. Todo eso lo recuerdo con mucha emoción porque suponía un cambio histórico.

P: ¿Cuál es la noticia que te gustaría dar?

R: Los periodistas siempre damos malas noticias: sucesos, atentados, terremotos, catástrofes, desgobiernos... Todas las que me gustaría dar tienen que ver con la esperanza, descubrimientos y avances que hacen que los seres humanos vivamos un poco mejor y nos permitan por fin hablar en positivo.