CASOS SIN RESOLVER | XIX ENTREGA

La muerte de Juan 'el peluquero': el brutal asesinato, con autores identificados, por el que nadie ha pagado aún

Su cuerpo sin vida apareció repleto de golpes en su local, en Ceuta. Estaba dentro de una bañera y con una lavadora sobre él

Sus asesinos huyeron. Cruzaron la frontera y "hacen su vida", pese a la orden de busca y captura internacional contra ellos, denuncia Dafne, hija de Juan, diez años después

Tamara Morillo

Tamara Morillo

"¿Va todo bien?', recuerdo que esa fue la pregunta que me hicieron los agentes. No sé por qué, respondí que sí". Se llama Dafne y esta conversación con CASO ABIERTO, portal de sucesos e investigación de Prensa Ibérica, no es fácil. Requiere revivir, recordar, instalarse en aquel 6 de octubre de 2014, el día que mataron a su padre. En esa fecha aterriza su mente ahora, una década atrás.

"Era de noche y yo estaba en la puerta de la peluquería de mi padre. Tiene una verja, da a una galería, subes la escalera y está el local. Recuerdo que había luz en el interior… Yo estaba fuera, en la verja", revive. "Todo bien", contestó a los policías. Nada estaba en orden. Nada iba bien, "pero era como que me negaba a verlo. Yo me decía... Nada, ahora viene, aparecerá".

El agente se bajó de la furgoneta. "Estoy buscando a mi padre, no tengo noticias desde hace un par de días, pero no es nada... todo bien", corrigió Dafne. Media hora más tarde llegaría el shock. Juan de la Peña, 54 años, era hallado cruelmente asesinado en el interior de su peluquería en Ceuta. Su cuerpo presentaba una brutalidad extrema. "Con el tiempo, porque prefirieron que yo no accediera al local, supe que mi padre estaba repleto de golpes". Dafne continúa: "estaba en una bañera con las manos atadas. Tenía encima toallas, una lavadora…". El forense levantó el cuerpo. "Ahí ya recuerdo poco", afirma Dafne. Entró en shock.

"La Policía busca a dos jóvenes por el asesinato de un peluquero en Ceuta"

"La Policía busca a dos jóvenes por el asesinato de un peluquero en Ceuta", rezaban los titulares de todos los periódicos. La noticia conmocionó la ciudad, Juan era muy querido y conocido. Aquella noche, la última, dos jóvenes marroquís le acompañaban: A.M. y B.N. Son, asegura la policía con certeza, sus asesinos. "Lo son", lamenta Dafne, "cruzaron la frontera y se acabó".

Identificados, pero no juzgados. "Aunque es otro país, Marruecos realmente está a cinco minutos de aquí. Hablas de frontera y parece... no sé, algo lejano. Pero para nosotros en Ceuta es nuestro día a día. Tú vas andando, cruzas la frontera, dos policías, y ya está. Entramos y salimos de España para comprar, nos movemos para cosas cotidianas…", explica la joven. "Suena lejano, 'otro país', pero en la realidad es como un pueblo vecino, el pueblo de al lado, por lo que todo duele más".

Como Dafne, como la mayoría de los ceutíes, ambos -los asesinos- han entrado y salido de España con asiduidad. Lo han hecho antes y tras asesinar a su padre. "Pasan a sus anchas, parecen inmunes, hablan de no sé qué convenio, que no se puede hacer nada porque están allí... Esto es muy grave, señores. Están buscados por homicidio, pero no cumplen porque no viven aquí”.

Han pasado diez años y Dafne, aun rota, sigue clamando justicia. "Saben quiénes son, saben donde viven, donde están... Y lo peor, el caso de mi padre no es el único, mataron y quemaron a una chica, Vanesa, a su familia le ha ocurrido lo mismo que a mí".

3 de octubre: diez años atrás

"Aquel viernes fui a la peluquería", arranca Dafne. "Recuerdo que le pedí a mi padre dinero para comprarme unos zapatos y estuve un rato con él. Me dijo que iba a ir a un concierto. Iban a venir dos amigos marroquíes". Dafne sale del local, y se cruza con uno de ellos. "Cuando lo vi, dije: no me gusta ni un pelo". Intuición. "Se lo dije a mi cuñada…". La joven no se paró.

"Papá, si quieres te subo, le dije, porque había una cuesta desde la peluquería muy empinada y él siempre llevaba su maleta con sus toallas….". Juan dijo que no. "Si eso te llamo o te escribo por Messenger". Pasó la tarde, la noche y llegó el sábado, que pasó también. No lo volvió a ver más.

"Yo con mi padre tenía una relación especial. Era mi amigo", describe Dafne. "Yo tenía 24 años, salíamos, íbamos de bares, a su casa…", apunta, "siempre me llamaba, me escribía, para contarme todo. '¡Qué raro que mi padre no me haya llamado ni escrito, tú!' Le dije a mi pareja, con quien yo vivía por aquel entonces".  

Aquel sábado, la peluquería estuvo cerrada. "Era la fiesta del borrego, festivo en Ceuta, por lo que mi padre no abrió. Pasó algo desapercibida la ausencia por ese motivo. Aun así, era rarísimo... Desde el viernes, no me había escrito". Avanzaba el día, "qué raro, tú", volvió a decir. La alerta saltó pasado el festivo: la peluquería no se abrió.

Dafne y su padre, en diferenes fotos juntos.

Dafne y su padre, en diferentes fotos juntos. / CASO ABIERTO

72 horas después

"Empecé a buscarle", continúa Dafne. "Fui a la peluquería. Estaba cerrada y aparentemente nadie estaba allí. Vi como huellas sucias en la galería... Y recuerdo que en la misma puerta dije, huele a mi padre, me vino el olor". Escuchó un ruido. "Como agua, como de haberse roto una tubería, caía mucha... La puerta estaba cerrada. Voy a otro sitio a buscar y le digo lo del agua, mi padre no está aquí". Se marchó.

La joven recorrió Ceuta, "dónde solía estar, donde solía ir, salir...", hasta que llegó la noche. "Volví a la peluquería y me senté en la puerta". Fue cuando vio el furgón policial. "No lo voy a olvidar en la vida: pum, pum, pum". Tras contarle que buscaba a su padre, los agentes se acercaron a la puerta. "Pum, pum, pum. Se abrió hasta la ventana de los mismos golpes", recuerda Dafne. Era la policía intentando entrar. "De repente, los dejé de escuchar y dije: ya han entrado".  

Los vecinos se arremolinaban en la puerta, los agentes daban orden de entrada a más investigadores. "Entraban con bolsas en los pies, guantes y mascarillas. En ese momento, 2014, las mascarillas eran… Uhhh, algo va mal". Le siguieron un sinfín de entradas y salidas. "Hasta que un policía me dijo: hemos hallado un cuerpo. No creo que estéis en condiciones de ver cómo está. ¿Tienes una foto de tu padre?". Era él.

"No puede ser, no puede ser… ya es cuando entré en shock", revive Dafne. Recibió asistencia médica. "Yo estaba como en un sueño, creía que estaba en casa, soñando, en la cama. No me lo podía creer".

"Mi padre aparece con las manos atadas con el cable del secador y con un cinturón en el cuello".

Causa de la muerte: asfixia por estrangulación, aunque su cuerpo presentaba una brutal paliza. Dos tomos ocupa el sumario. Cientos de folios que describen cómo, cuándo y quién. "Con el tiempo he podido leer todo", cuenta su hija. No hay palabras para describir lo que encontró. "Mi padre aparece con las manos atadas con el cable del secador y con un cinturón en el cuello. Está metido en la bañera de la peluquería, que es chiquitita, tiene las piernas fuera…".

Describirlo no es fácil, pero es importante reflejar la crueldad, para no maquillar tampoco el sentimiento que Dafne tiene a día de hoy por la impunidad. "Encima del cuerpo de mi padre hay unas toallas, una lavadora, un cuadro que él tenía… Como que lo querían tapar". El salón estaba revuelto. Había mucha sangre. La escena dibujaba lucha y forcejeo. Tras reconocer el cadáver, arrancó la investigación

“Sus amigos marroquíes”

Multitud de testimonios forjan el sumario. "Lo vi con dos marroquís en la calle Real", "yo lo vi con dos con malas pintas en la discoteca y le dije: 'Juan, vente conmigo', pero tiraron de él", "iba como ido... fuera de sí". Se incorporaron, también, conversaciones de Facebook, mensajes privados. "Mi padre había estado con esas dos personas hasta su fin". Se busca a A.M. y B.N., anunció la policía, dos marroquíes de 23 y 29 años, que han procedido a huir.

El último mensaje de Juan fue a las cuatro de la mañana: "Acabamos de terminar, y vamos a seguir en la peluquería". Su cadavér apareció allí

"No había duda, a través de Facebook mi padre escribió durante toda la noche a un amigo común con los otros dos", explica Dafne. "Ha venido B.N, es muy majo, ha venido con otro amigo (A.M.) y vamos a salir a un concierto los tres". Juan fue, sin saberlo, reconstruyendo él mismo la que iba a ser su última noche: "Hemos ido a cenar, nos lo estamos pasando genial".

El último mensaje fue a las cuatro de la mañana: "Acabamos de terminar, y vamos a seguir en la peluquería". Dafne, aún hoy se sorprende. “Eso era rarísimo. Mi padre jamás había ido de fiesta al local. De hecho, sí salía, y a lo mejor acababan en la galería, solía decir que no podían entrar, que el salón era del jefe. Era mentira, el jefe era él". Tras ese mensaje, Juan dejó de escribir. "¿Estás vivo?", preguntó desde Marruecos al día siguiente el amigo en común de los tres. No hubo respuesta. No lo estaba. Juan ya no podía contestar.

Más fotos del álbum familiar de Juan, cedidas por su hija a este medio.

Más fotos del álbum familiar de Juan, cedidas por su hija a este medio. / CASO ABIERTO

Frontera: Inmunidad

"Cruzaron la frontera y se acabó", resume Dafne. Los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de Policía Nacional identificaron a los autores en apenas unos días, pero ya se habían marchado al país vecino. "Cuando encontramos el cuerpo, ellos ya habían regresado a Marruecos". La policía solicitó, vía judicial, la puesta en marcha de una orden de busca y captura a nivel internacional. "Está puesta, pero no sirve... como ves".

B.N y A.M., "con identificación tal, nacidos en X, hijo de X y de X", apunta Dafne, "se sabe perfectamente quiénes son y donde están, pero ninguno de ellos ha sido detenido porque para ello hace falta que estén en territorio nacional".

Sería clave, explica, "que la policía marroquí pudiera detenerlos o que saltara la alerta en la frontera, por ejemplo, que debería saltar, si vienen a España. Sé que entran y salen de España y Marruecos, yo he visto a uno de ellos en la feria de Ceuta... ¡En la feria! Y no ha pasado nada".

A Vanesa, una mujer de 37 años, la mataron y quemaron en una cueva en 2019. Se señaló a un sospechoso, al autor, que no ha sido juzgado porque huyó a Marruecos

El asesinato de Juan no es el único que sigue impune. "La frontera es un limbo y solo se accede o levanta ese muro cuando hay droga que pillar", lamenta Dafne.

A su grito se suma el de la familia de Vanesa Martín, a quien Dafne recuerda. "Lo peor es que el de mi padre no es un caso aislado, esto es la norma... La familia de Vanesa está igual". A Vanesa, una mujer de 37 años, la mataron, escondieron su cuerpo, callaron mientras se buscaba, y la quemaron en una cueva en 2019. Apareció. Se señaló a un sospechoso, al autor, otro ciudadano marroquí, que no ha sido juzgado porque huyó a su país -"a cinco minutos de aquí"- también.

"Me niego a que esto caiga en saco roto", explica Dafne. Lleva diez años de duelo y lucha. Dafne, vuelve al hoy, para cerrar esta charla. "Nadie me va a devolver a mi padre, pero necesito justicia para aliviar mi dolor".

Divertido, solidario y luchador. "Mi padre empezó 'pelando' en las casas con 17 años y acabó con su propio salón". Amante de la música, tocaba el bajo, "fue 'siniestro'", recuerda su hija, "cuando era joven, los góticos de hoy...". Le apasionaban los viajes y vivía para ayudar. "Si su muerte fue por algo económico, si se negó a dar dinero, por ejemplo, no lo tendría de verdad, porque lo hubiera dado sin amenazas. Mi padre lo daba todo...". Dafne mira al frente. "Soy su hija y voy a seguir haciendo lo que esté en mi mano por hacerle justicia. No tengo miedo ni nada que perder ya".

Dafne ha creado una petición en Change.org bajo el lema 'Justicia por el asesinato de mi padre' en la que solicita firmas para "pedirle a la policía española, a Interpol o quién corresponda", que intervengan y hagan lo que sea necesario para detener a los asesinos de su padre. "Creo que en esta vida nadie se merece lo que le hicieron a mi padre, y no entiendo como las personas que supuestamente nos protegen pueden dejar libres a unos asesinos cuyo paradero conocen a ciencia cierta. Es cruel".