La Audiencia Provincial de Castellón ha puesto este lunes, 3 de octubre, en búsqueda y captura a una mujer, acusada de maltratar, abusar y drogar a sus cinco hijos en Castelló. La progenitora no se ha presentado al juicio que debía comenzar hoy en la Sección Primera, al que sí ha acudido el padre de las víctimas, quien se encontraba ya ingresado en prisión.

No es la primera vez que este caso debe suspenderse por la incomparecencia de la mujer, por lo que la Audiencia ha ordenado la búsqueda y detención de la fugitiva.

La Fiscalía Provincial de Castellón pide 15 años de cárcel para un padre y 30 años de prisión para una madre por presuntamente abandonar, maltratar, abusar y drogar a sus cinco hijos menores de edad. Ambos progenitores, en libertad provisional por esta causa, se sentarán el próximo mes de octubre en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Castellón en un juicio que durará cinco sesiones. Cuando sucedieron los hechos, la familia vivía en Almassora y, posteriormente, en el Grau.

"No afrontaron el menor cuidado de sus hijos, incumpliendo de forma grave y reiterada los deberes inherentes a la patria potestad, por lo que tras los intentos fallidos de intervención de los Servicios Sociales se declaró a los menores en situación de desamparo asumiendo la entidad pública su tutela", señala el fiscal en su escrito de acusación. Un documento que relata multitud de circunstancias aberrantes que parecen sacados de una película de terror que dibuja lo que podría ser una especie de casa de los horrores.

Cuando en el 2010, los pequeños, entre los 10 y los dos años de edad, ingresaron en el centro de acogida Penyeta Roja, se apreciaron en los menores "indicadores de riesgo derivados de la negligencia en su cuidado y atención, tales como mal estado, delgadez, retraso o desescolarización".

Los procesados consumían sustancias, especialmente heroína y cocaína, "en presencia de sus hijos", que iban a buscar la droga, "llegando a probar tales sustancias". Además, la madre, presuntamente, se prostituía y robaba a los clientes delante de los niños, alguno de los cuales robaba cobre con el padre, además de ser "mandados por su progenitora a robar dinero a casa de su abuelo". Asimismo, los padres mantenían relaciones sexuales delante de ellos, además de ver películas pornográficas en su presencia.

Una de las niñas fue, según el Ministerio Público, víctima de abusos y agresiones sexuales por parte de un familiar y de una pareja de la madre, "sin que la misma lo impidiera o actuara". Los pequeños eran "agredidos con crueldad por su madre, que los golpeaba con palos o hierros, llegando a poner a uno de los menores un recipiente de cocina hirviendo en la zona genital".