Los nueve ciudadanos que juzgarán como tribunal popular a Jorge Ignacio P. J. por los asesinatos en serie de Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela, y los intentados sobre ocho mujeres más, ya tienen nombre y apellidos, pero aún no lo saben. Ni ellos, ni nadie. Saldrán de los 36 preseleccionados ayer en el habitual sorteo que da inicio a la formación del jurado. Y será el primer día del juicio, el próximo 8 de junio, tal como adelantó Levante-EMV, diario que pertenece al mismo grupo que este medio, cuando se produzca la selección definitiva de los nueve miembros del jurado -más dos suplentes-, una vez se descarten los que aleguen causas reales y los que las partes recusen por considerarlos inconvenientes.

Ese sorteo, que se realiza con un pequeño bombo similar al de los bingos caseros, fue celebrado a las nueve y media de la mañana de ayer en la Ciudad de la Justicia. El letrado de la Administración de Justicia del Tribunal de Jurado extrajo una única bola con un número correspondiente a uno de los 3.300 valencianos que forman parte de la bolsa de jurados. Ese es ya el primer candidato. O candidata. Los 35 restantes salen de seleccionar a las personas que ocupan el puesto cada 63 posiciones hasta completar los 36.

De momento, no ha trascendido cuántos son hombres y cuántos mujeres. Ni sus edades. Ni ocupaciones. Los 36 preseleccionados sabrán que lo son cuando reciban en su domicilio, dentro de los próximos cinco días, un formulario que deberán remitir de nuevo una vez rellenado, y que es el primer escalón para dejar fuera a las personas que cumplan alguno de los requisitos que eximen a los ciudadanos de manera justificada de formar parte de un tribunal popular.

Juristas, jubilados, jurados en otras causas...

Algunas de las causas son, por ejemplo, tener una profesión relacionada con el mundo del Derecho, pertenecer a las fuerzas de seguridad o a las fuerzas armadas, tener más de 65 años (salvo que la persona quiera participar, en cuyo caso la edad no es un obstáculo) o haber sido miembro de un jurado en los cuatro años anteriores. Las alegaciones, en todo caso, deben ser acreditadas y justificadas debidamente.

Una vez descartadas las personas que claramente no pueden formar parte de un jurado por causas objetivas, el resto de las alegaciones, más sujetas a interpretación, se analizarán en una vistilla de excusas que se celebrará en las semanas previas al inicio del juicio. Tras ese trámite, quedarán los candidatos definitivos, que deberán acudir a primera hora del día 8 de junio a la Sala Tirant lo Blanch I, donde se celebrará la vista oral, para que se produzca la selección final de los once jurados: nueve titulares y dos suplentes. Para ello, serán introducidos los nombres de los que queden -deberá haber al menos 20 personas- en una urna y el letrado de la Administración de Justicia irá sacando uno a uno los papeles, que leerá en voz alta.

Conforme se vaya diciendo cada nombre, la persona será sometida a una serie de preguntas, supervisadas por la magistrada presidenta de la sala, tanto por parte de las acusaciones -en este caso hay cuatro particulares y una pública, la fiscal asignada a la causa-, como de la defensa. Si nadie pone reparos, el candidato pasa a ser jurado. De lo contrario, se continúa con el sorteo hasta completar los nueve titulares, y el mismo proceso para los dos suplentes. La Ley del Jurado contempla un máximo de cuatro recusaciones para las acusaciones y otras tantas para la defensa.

Prisión permanente revisable

Jorge Ignacio P. J. se enfrenta a tres condenas de prisión permanente revisable más otros 172 años de cárcel por parte de las acusaciones particulares y a 130 por parte de la Fiscalía -salvo que eleve el delito de homicidio al de asesinato en la vista oral, en cuyo caso también reclamaría la prisión permanente revisable-, mientras que su abogada solicita la libre absolución. Está acusado de matar a tres mujeres y de intentarlo con ocho más utilizando como arma homicida la administración a escondidas de cocaína de alta pureza y en piedras por vía genital.

La vista oral, que ha sido organizada por la magistrada como once microjuicios para facilitar a los jurados el entendimiento de la causa, tal como avanzó Levante-EMV, se desarrollará durante cinco semanas, hasta el 13 de julio, en sesiones de mañana, salvo los días en que deba completarse la jornada por las tardes.