Llevaba tiempo, quizá años, sin disfrutar así. Aquel domingo, 2 de marzo, Ángeles Zurera recorrió Córdoba, fue de compras, paseó, sonrió. Atrás quedaba la antigua Angelines, una mujer marcada por el dolor. Atrás dejaba una tortuosa relación de más de 20 años plagada de mentiras, infidelidades y violencia. Caminaba firme, pisaba fuerte.

"¡Qué bien lo he pasado!", le escribió su nuera por la noche por SMS. Ángeles, ya en casa, afirmó. A la 01:20 horas recibió una llamada que fundió todo en negro. Ángeles desapareció. Las pesquisas policiales sacaron a la luz agresiones, amenazas, acoso y violencia de género. Casi catorce años después, siguen sin encontrar a Ángeles Zurera.

Su ex marido calla; su familia, su pueblo -la Plataforma Angelines Zurera- convertidos en batallón de búsqueda, no descansa. Tampoco la Policía Judicial de la Guardia Civil. No han dejado de buscarla. Trabajan con dos certezas: a Ángeles la hicieron desaparecer la madrugada del 2 de marzo y la sombra del crimen machista es la hipótesis principal.

"Hay indicios suficientes para afirmar que Manuel Reina, ex marido de Ángeles Zurera, ha participado en su desaparición"

Juan Vera - Sargento - áhora retirado- de la Guardia Civil

El ex marido, empresario de maquinaria pesada (excavadoras) y movimiento de áridos (cimentaciones, excavaciones); ella, entregada a la familia, a la casa, a los niños: tuvieron dos. Se conocieron cuando Ángeles tenía 14 años, estuvieron juntos hasta sus 42.

Sonreía, siempre estaba bien. Callaba, pero sabía todo. Que no era feliz. Que su marido llevaba siete años con otra mujer, prostituta, a la que conoció en un club de alterne. Ella lo tapaba, lo tapó.

Adicciones, mentiras, engaños. Cuando sus hijos cumplieron 18 y 19 años, ella sacó fuerzas y pidió la separación. El 27 de diciembre de 2007 se hizo oficial, él salió de casa. El 2 de marzo, Angelines desapareció.

"La sentencia de divorcio la tengo yo, llegó tres meses después de desaparecer". Antonio Zurera, el hermano de Angelines, se enfrentó al horror a golpe de sumario. "A raíz de la desaparición me enteré de cosas que no habría imaginado jamás".

"Hay indicios suficientes para afirmar que Manuel Reina, ex marido de Ángeles Zurera, ha participado en su desaparición. Todos apuntan a él como autor", Juan Vera, sargento de la Guardia Civil -ya retirado- que formó parte la investigación lo firmó y afirmó. No ha titubeado nunca. Lo plasmó en las diligencias policiales, lo ha defendido durante años en medios de comunicación. Las mismas diligencias narran los últimos días de Ángeles Zurera: agresión y acoso constante. ¿La causa? Volver a sonreír. Estaba conociendo a un hombre que la hacía feliz.

Un informe médico confirmó que sufrió violencia de género doce días antes de su desaparición.

Doce días antes: brutal agresión

"El 19 de febrero, el ex marido llama a mi hermana para que vaya a la nave donde tiene sus camiones, máquinas e historias", cuenta Antonio. "Le dijo que quería explicaciones porque tenía la factura del teléfono de mi hermana y vio una serie de llamadas". Angelines dijo que no tenía nada que contarle.

Manuel, que perdía a quien creyó su propiedad, comenzó a agredirla. "Le pegó un puñetazo en la cara. El golpe le produjo un derrame en el ojo, le desvió el tabique nasal y le creó un derrame en toda la cara". Contiene el dolor, "la lanzó contra un mueble y el brazo lo tenía... todo en cardenal".

Angelines, por no alarmar, lo maquilló. "Su hijo la llevó al médico. Dijo que había tenido un accidente, que había pillado a un perro, que dio un volantazo...". La doctora no se lo creyó. "No había nada en el coche, y ¿cómo pegaba un volantazo y se daba en la nariz y en el brazo, sin haber causado un accidente?". Saltaron las alarmas, pero nadie las escuchó. "El problema es que no saltó el protocolo de Violencia de Género. No sé porqué, estaba cantado, pero no saltó".

"Me he caído por las escaleras", "pero bueno, ¿cómo te has apañado?". Antonio recuerda cada segundo de aquella conversación. Ángeles delante de él, a su lado Manuel. "Venía con el coche detrás de ella, se bajó y se puso al lado. Recuerdo que estaba fumando. Ella me contó lo de la escalera. Él estaba al lado y ni se inmutó, ni se inmutó". Fue la última vez que la vio.

"Sonriente", "buena" y "luchadora", los que la quieren recuerdan así a Ángeles Zurera.

Una llamada de madrugada

Dejó las bolsas con la compra en una hamaca. Contestó al SMS de su nuera. Se puso el pijama. Se intuye que, en la cama -pues amanece deshecha y con sus gafas y su móvil en la mesilla de noche- respondió al teléfono por última vez. Sonó a la 1:20 de la madrugada. Era Manuel Reina, su ex marido. Aquella madrugada el hombre estaba en su nave de Aguilar -aunque ya vivía en Montilla (a unos 20 kilómetros)-.

"Por lo que sea, la llamó a esa hora. Estaba en un bar haciendo tiempo, cierra y le echan el 'cuba libre' en un vaso de plástico", cuenta Antonio, que conoce casi de memoria los más de 5.000 folios que suman los 14 años de investigación. "Luego se va a su nave, llama a mi hermana y tienen una conversación de dos minutos y medio".

Cuando le preguntaron a Manuel Reina por el contenido de la conversación, dijo que no hubo ninguno. Que no hablaron, que era un juego que tenían los dos. Cuando le preguntaron qué hacía en Aguilar de la Frontera aquella noche, respondió que "asuntos de contabilidad". Madrugada, domingo. Chirrió.

"Mi hermana hasta ese momento contestaba al teléfono. Después de la llamada que hace él, no sabemos más", lamenta Antonio. "Lo que si sabemos es que quien se la llevó, se la llevó sin gafas, sin DNI, sin dinero, sin ropa, sin llaves, sin nada. Nadie se va de su casa así. Al menos te vistes, coges las llaves… o por lo menos las gafas, mi hermana sin gafas no podía ver".

"¿Cómo que no me ha llamado mi madre si yo tenía que ir a trabajar?"

La alarma saltó a la mañana siguiente. Una sobrina de Angelines fue a buscar a Antonio Zurera. "Estaba con ella en un taller de empleo y Angelines tenía las llaves de la nave. No se había presentado y estaban todos esperando para entrar".

Fue a su casa, sus hijos dormían. "¿Cómo que no me ha llamado mi madre si yo tenía que ir a trabajar? Empezamos a indagar y a las doce estábamos poniendo la denuncia en el cuartel de la Guardia Civil".

Desde el principio se descartó la desaparición voluntaria. Un agente le dijo a Antonio, "aquí lo que hay que preguntarse es por qué se iba a ir tu hermana si ahora es cuando estaba bien", recuerda Antonio.

Las pesquisas dibujaron el asedio de llamadas que había sufrido los últimos días. Salió un nombre: Manuel Reina, "doce días de acoso constante hasta que desaparece. De muchas llamadas, de ir detrás… Hasta el día 3", cuenta Antonio. "Yo me pregunto, si la llamaba tanto, si la acosaba tanto en los últimos 12 días… ¿el día 3 porqué no la llamó?".

La Plataforma Angelines Zurera ha arropado a la familia desde que comenzó la investigación.

Manuel Reina, imputado por homicidio

Comenzaron las búsquedas, las batidas. Los padres de Angelines se instalaron en su casa. Tres años permanecieron en su salón. Para Antonio, la esperanza de encontrarla con vida se difuminó muy pronto. "A la semana yo sabía que la estábamos buscando muerta".

Manuel Reina no ayudó nunca. No sumó. Miraba cada batida desde las cristaleras del bar. "Que sigan buscando, que sigan", aseguran los vecinos que decía cuando los veía rastrear.

Una llamada a la Guardia Civil advirtió que cuatro días después, de madrugada, alguien vio pasar la excavadora de Manuel. Se estrechó el cerco. Los perros de la Unidad Cinológica, detectores de cadávares, marcaron positivo en dos puntos. Confirmaron la hipótesis, a Angelines la habían hecho desaparecer, pero no había punto exacto, "era como buscar una aguja en un pajar".

300 pozos, georadar y sónar lateral

Durante estos catorce años la investigación no ha cesado. Las búsquedas, tampoco. Han cavado zanjas, levantado suelos, rastreado alcantarillas, mirado pozos -más de 300- y se han examinado fincas de olivos y vides. "No hace más de un año que hemos hecho una búsqueda en tres lagunas. Hemos utilizado la misma maquinaria que se utilizó en Tenerife con las niñas Anna y Olivia, el sónar de barra lateral. Un día después vinieron los buzos de la Guardia Civil". No ha habido respuestas, pero no hay cese, "la última reunión con los investigadores la tuvimos la semana pasada, no vamos a parar". 

Manuel Reina fue condenado a seis meses de prisión por la agresión a Angelines doce días antes de que desapareciera. El informe médico jugó un papel importante. Él lo reconoció, aunque lo minimizó, lo tildó de "guantada" y negó tener algo que ver con la desaparición. Sus declaraciones inconexas, sus mentiras, frialdad y un buen puñado de indicios, que no pruebas, le colocaron como imputado entonces -ahora investigado- por el artículo 138 del Código Penal: homicidio, el de su ex mujer. Posible autor de su desaparición.

Él niega y calla. Ella no está. Tenía 42 años, energía, fuerza y una gran sonrisa. Era madre, hija, hermana. Un nuevo informe criminológico, encargado por la familia, reactiva la energía. Hay tres nuevos puntos dónde buscar. "Será inminente". No hay descanso hasta que Angelines no pueda descansar.

"Tenemos la esperanza de encontrarla y darle un feliz descanso”, afirma su familia.