Una prueba de cabello puede ser determinante para que una presa del centro penitenciario de Zuera, en Zaragoza, sume o no una nueva condena. En concreto, tres años y dos meses de cárcel por traficar droga en el interior de su celda. Ella, identificada como Saida G. G., asegura que es para consumo propio, que es drogodependiente, y que ese análisis lo demostrará todo. 

Su abogado Alejandro Sararasa lo solicitó ante el Juzgado de lo Penal número 7 de Zaragoza momentos antes de que comenzara el juicio y el magistrado se lo concedió. Frente a ello está la acusación de una Fiscalía que señala que a las 17.30 horas del pasado 17 de marzo del 2020 fue sometida a la requisa de su celda y cacheo, siéndole intervenidos ocultos dentro del sujetador que portaba 20 trozos de una sustancia marrón sólida, envuelto cada uno de los trozos en plástico de forma separada a los restantes, sustancia que resultó ser resina de cannabis y que arrojó un peso total de 17,59 gramos. 

Considera el ministerio público que estaba de esta forma fraccionada a para su ilícita distribución en el interior del centro penitenciario, pudiendo haber alcanzado un valor aproximado de 110 euros (a razón de 6 euros el gramo).