La Fiscalía y la acusación particular han mantenido este jueves su solicitud de 25 años de prisión para cada uno de los cuatro acusados de participar en el asesinato del concejal de IU de Llanes Javier Ardines, cometido el 16 de agosto de 2018 en la parroquia llanisca de Belmonte de Pría, mientras que las defensas han insistido en su petición de absolución.

El juicio con jurado popular que se sigue en la Audiencia de Oviedo ha entrado en su recta final con el inicio de la lectura de conclusiones, que se desarrollará entre este jueves y el viernes.

Las acusaciones sostienen que el móvil del crimen fue los celos que sentía el presunto inductor, Pedro N.A., amigo personal del edil, tras descubrir, en diciembre de 2017, que su mujer, a su vez prima segunda de la esposa de Ardines, y el concejal mantenían una relación en secreto. Para las acusaciones, Pedro N.A. se encontraba en un estado de "desesperación y obsesión" por la infidelidad que le llevó a buscar a su amigo Jesús M. para encargarle el crimen y este, tras concertar el plan con el presunto sicario Djilali B., aceptó el encargo. El argelino Djilali B. habría acordado llevar adelante el plan con la ayuda de su compatriota Maamar K. para garantizar la muerte del concejal y acordó con este el reparto del dinero.

Según sostienen tanto la Fiscalía como la acusación particular, fue en julio de 2018 cuando Pedro N.A., residente en Amorebieta (Vizcaya), tomó la decisión de ejecutar su plan sabedor de que su mujer pasaría el verano en una casa familiar próxima a la de Ardines. Tras estudiar los movimientos rutinarios del concejal, los dos acusados como sicarios, Djilali B. y Maamar K., se habrían desplazado a Belmonte de Pría para ejecutar el crimen y, tras un primer intento fallido en la madrugada del 1 de agosto, ambos lo intentaron por segunda vez dos semanas después.

Según las acusaciones, en la madrugada del 16 de agosto los sicarios colocaron unas vallas de obra para impedir el paso del vehículo de Javier Ardines y cuando este se bajó para retirarlas, ambos le atacaron, primero con un espray de pimienta. Javier Ardines fue golpeado en la cabeza con un palo o un bate de béisbol y después le estrangularon hasta matarlo sobre las 6:30 horas, según los informes forenses.