Su madre y esposa estaba en parada cardiorrespiratoria y ellos se comportaron con agresividad y frases intimidantes hacia los profesionales sanitarios que, en una situación ya de por sí tensa y exigente por intentar salvar la vida a la señora, fueron víctimas de amenazas. “Si no salváis a mi madre no salís vivos; os vamos a matar a todos”, les dijeron, presuntamente. En la ambulancia consiguieron recuperarla. Tras una estancia en la unidad de críticos, salió adelante. Ha sobrevivido.

La Fiscalía solicita una condena de un año de prisión por delito de atentado, pero el Colegio de Médicos de Ourense, que califica un segundo delito de amenazas, eleva la petición a cuatro años. Dos de los encausados comparecieron ayer y justificaron la ausencia del tercero, enfermo. Sin él no se pudo celebrar la vista, pospuesta para noviembre. Serán detenidos si no se presentan a ese segundo señalamiento. El padre acusado solicitó a la jueza poder pedir perdón a los sanitarios. Con ellos delante en la sala, manifestó: “Pido perdón, mi mujer estaba muerta y me puse nervioso”.

Sobre las seis de la madrugada del 26 de febrero de 2020, los profesionales llegaron en una ambulancia al domicilio de los acusados, en el barrio de A Cuña, en el que se encontraba la mujer en parada cardiorrespiratoria. Acudieron un técnico de emergencias –que conducía el vehículo–, un médico, un enfermero y otro técnico. Mientras los profesionales intentaban desempeñar su trabajo en una situación de urgencia, el padre acusado presuntamente golpeó la ambulancia con un bastón y con un palo, ocasionando unos desperfectos de casi 350 euros.

El Colegio de Médicos reprocha que los familiares de la paciente “amenazaron, hostigaron y golpearon” a los trabajadores sanitarios “de forma conjunta e injustificada”

Además, según la Fiscalía, dio manotazos al doctor –sufrió un eritema en el omóplato derecho–, al tiempo que los tres encausados se dirigían a los sanitarios con agresividad y términos intimidantes. Con esa actitud de hostigamiento braceaban y se encaraban de forma hostil a las víctimas.

Además de la pena de prisión, la Fiscalía solicita una multa total de 720 euros por un delito leve de lesiones y otro de daños. Propone que el padre encausado abone 300 euros de indemnización al doctor, así como los gastos por la reparación de la ambulancia.

El Colegio de Médicos reprocha que los familiares de la paciente “amenazaron, hostigaron y golpearon” a los trabajadores sanitarios “de forma conjunta e injustificada”. Y subraya que, mientras proferían las amenazas, “portaban objetos contundentes”. Esta acusación particular considera que los hechos constituyen un delito de atentado contra funcionarios sanitarios –solicita 3 años de prisión–, un delito de amenazas –pide un año más–, así como un delito leve de daños, por el que reclama 450 euros. Esta parte fija una indemnización para el doctor de 400 euros, por los 5 días que tardó en recuperarse del todo.

La Xunta: “Fueron recibidos por los acusados con un bastón levantado. Acto seguido, golpearon la ambulancia”

También ejerce la acusación particular la Xunta, que defiende al médico y al enfermero, como profesionales vinculados al Sergas. “Fueron recibidos por los acusados con un bastón levantado. Acto seguido, golpearon la ambulancia”, destaca esta parte, refiriéndose al progenitor.

“Tuvieron que activar el código Charly a la central de emergencias, para que acudiera la policía, con miedo a que los denunciados se diesen cuenta de lo que estaban haciendo"

Veinte minutos de amenazas

“Tan pronto los profesionales sanitarios se bajaron de la ambulancia, los acusados le propinaron un manotazo en la espalda al médico”. Las amenazas también comenzaron con su llegada y fueron constantes, “durante los 20 minutos que estuvieron allí, mientras estaban reanimando a la paciente, y hasta que llegó la Policía”.

La Xunta subraya que “los profesionales sanitarios pasaron mucho miedo”, dado el tenor de las amenazas “y que se encontraban en un sitio muy pequeño en el que no tenían escapatoria”. Prueba de la situación de ansiedad sufrida es que “tuvieron que activar el código Charly a la central de emergencias, para que acudiera la policía, con miedo a que los denunciados se diesen cuenta de lo que estaban haciendo”, indica la acusación particular.

Los agentes tardaron en llegar porque carecían de datos de ubicación y porque, además, el acceso al lugar era complicado. Esta parte añade que, finalizado aquel turno, vieron cómo un grupo de gente rodeaba la ambulancia y tuvieron que llamar nuevamente a la policía. El Sergas solicita una condena de dos años y medio de prisión y 960 euros de multa, así como 150 euros de indemnización para el médico lesionado.

Las defensas alegan que los acusados actuaron por obcecación y arrebato, y solicitan que se aplique como atenuante. Uno de los sanitarios víctima de estos hechos viajó desde Cantabria a Ourense para cumplir con esta citación judicial.