Compartir con familiares o amigos las contraseñas de las diferentes plataformas de contenidos audiovisuales, como Netflix o HBO, se ha convertido una práctica habitual entre sus usuarios, que valoran la ventaja económica de hacerlo, aunque no siempre son conscientes de los riesgos que implica.

Los expertos, sin embargo, señalan los peligros que acechan detrás de esta aparentemente inocente forma de acceder al consumo de series o películas. Y una de las claves se halla en otra costumbre extendida en el registro de estas plataformas: la de utilizar los mismos nombres y claves en servicios diferentes.

Cuando esto ocurre, las posibilidades de los hackers para acceder a las cuentas se multiplican. Además, de esta forma pueden quedar expuestas las cuentas de las redes sociales, los correos electrónicos o las cuentas bancarias.

Otro de los riesgos radica en la posibilidad de que los hackers consigan reactivar cuentas canceladas, como se ha demostrado que ha ocurrido en Netflix. Para conseguirlo, los hackers se sirven algún tipo de 'malware' o del 'phishing'.

En estos casos, la compañía recomienda a los usuarios que en estos casos se solicite, junto con la cancelación de la cuenta, el borrado de todos los datos.

Los ciberdelincuentes pueden actuar de diferentes formas, y llegan a vender los datos de acceso a estas plataformas al mejor postor mientras parece que son los propios usuarios quienes los ponen a la venta.

Debido a estos riesgos, Netflix y HBO se han propuesto combatir esta práctica, que también les ocasiona pérdidas en sus ingresos potenciales. Dos vías para hacerlo de una forma no traumática serían las de exigir a los usuarios que cambien sus contraseñas de forma periódica o la de enviar un mensaje de texto a los teléfonos de los suscriptores con la clave que tendría que introducir para cada acceso.