Para poner a disposición judicial a los agresores de Samuel Luiz la madrugada del 3 de julio, los agentes que se encargaron de la investigación formaron un grupo aislado, en el que trabajaron hasta durante 17 horas al día, tal y como comentó el comisario jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial de A Coruña, Pedro Ramón Agudo, una vez que la magistrada del Juzgado de Instrucción número 8 levantó el secreto de sumario el 2 de agosto.

Fruto de estas pesquisas, los agentes detuvieron a seis personas —tres varones y una joven mayores de edad y dos menores—. Todos ellos están investigados por homicidio o asesinato, a concretar durante el transcurso de la instrucción, y al cuarto detenido se le imputa también apropiación indebida, al haberse llevado el teléfono de la víctima. Los cinco varones están privados de libertad desde el 9 de julio —los menores en un centro, los adultos, en Teixeiro—. La chica, pareja del primer detenido y el que increpó en un primer momento a Samuel, al entender que le estaba grabando a él, cuando, en realidad, el joven y su amiga Lina estaban haciendo una videollamada con otra amiga, se encuentra en libertad, pero con la obligación de comparecer en el Juzgado.

El sumario, del que La Opinión de Coruña lleva informando desde el martes, recoge la declaración de los implicados —tanto ante los agentes como en sede judicial— también de testigos que estaban en la zona de la brutal agresión —en el andén de Riazor y en la avenida de Buenos Aires— y de los que pudieron coincidir con el grupo de jóvenes esa noche, cuando quedaron en el parque Europa y, más tarde, en San Diego.

Los agentes identifican a trece personas como “testigos directos y de referencia que reconocen” a todos o a algunos de los participantes en la agresión, entre ellos, el cuarto detenido y las amigas de Samuel, tal y como adelantó este diario. Su labor de identificación es clave en el desarrollo de la investigación, ya que señalaron “sin ningún género de dudas” a algunos de los implicados. La Policía Nacional mantiene la investigación abierta, a pesar del alzamiento del secreto de sumario, que la magistrada decretó para que las partes tuviesen acceso a las diligencias practicadas.

Los agentes no descartan que se produzcan más detenciones en relación a este caso, toda vez que les quedan todavía pruebas que analizar y resultados que recibir, como el del examen de los cuatro perfiles de ADN que aparecieron en el pantalón del fallecido, y que no coinciden con las muestras de los dos primeros detenidos, el joven que increpó a Samuel en un primer momento y también su amigo, el que aparece en la cámara del pub El Andén metiéndose una botella de cristal entre la ropa. Los agentes esperan también encontrar en el volcado de los móviles de los detenidos más información sobre lo sucedido no solo durante la pelea, sino también después.

Cuál fue el papel de cada uno de los detenidos y de los implicados en la paliza mortal a Samuel se demostrará en el juicio, que, tal y como decretó la magistrada del Juzgado de Instrucción número 8, se seguirá por la Ley Orgánica del Tribunal del Jurado, por lo que los sospechosos serán juzgados por un tribunal popular. Por ahora, solo el cuarto detenido quiso responder a las preguntas de todas las partes cuando pasó a disposición judicial, el 9 de julio; los demás se acogieron a su derecho a responder solo a su abogado. El segundo detenido manifestó que declararía cuando se levantase el secreto de las actuaciones.

El sumario recoge testificales, imágenes de las cámaras de tráfico y de seguridad y otras pruebas para intentar dilucidar cuál fue el papel de cada uno de los implicados, el que está más claro, ya que todas las versiones coinciden, es el de Ibrahima y Magatte, que intentaron auxiliar a Samuel desde que se dieron cuenta de que estaba siendo agredido hasta el final.

Ibrahima y Magatte

Cuando llegaron al andén de Riazor, según sus declaraciones, vieron que había “más de cuatro personas” encima de Samuel, y que ya se había roto la botella de cristal, en la que los agentes encontraron pruebas que incriminan al segundo detenido. Ellos intentaron separar a los agresores del joven en todo momento, aunque no pudieron evitar el fatal desenlace de la agresión. Ibrahima ayudó a Samuel a levantarse del suelo y Magatte extendió los brazos para contener a la turba y protegerles mientras cruzaban la calle hacia la avenida de Buenos Aires para intentar ponerle a salvo. En ningún momento dejaron de agredirles, ni cuando se metieron a separar, tampoco cuando atravesaban la carretera, incluso, según los testimonios de los testigos, empujaron a Samuel hacia unos contenedores.

Ellos estuvieron con Samuel hasta el final de la agresión que, tal y como recogen las cámaras de vigilancia, duró seis minutos, desde las 2.58 horas hasta las 3.04 horas, y relataron que solo dejaron de pegarles “con puños y patadas” hasta que los agresores vieron las luces de los coches de la Policía. Los investigadores concluyen que la pandilla de jóvenes tenía intención de matar también a Ibrahima, por la superioridad numérica, porque le pegaron en todo momento y por la virulencia del ataque. Creen también que, si sus lesiones no son más graves es por su envergadura física.

El primer detenido

Responde a las iniciales D.M.M. tiene 25 años, aunque este año cumplirá 26. Iba acompañado de su novia —también detenida, aunque en libertad con obligación de comparecer en el Juzgado—. En sede judicial —donde los detenidos tienen derecho a no confesarse culpables de los hechos que se les imputa— aseguró que no había golpeado ni solo ni simultáneamente a Samuel. Los testigos, sin embargo, lo señalan —y lo reconocieron “sin ningún género de dudas— como el joven que inició el enfrentamiento con la víctima y con su amiga Lina, que habían salido del pub El Andén y estaban haciendo una videollamada con otra chica.

Sus declaraciones y también la de otro testigo refieren que este joven increpó a Samuel y le llamó “maricón”. Inició el conflicto al entender que Samuel y Lina estaban grabándole a él y a su novia. Este joven había tenido un altercado en el local, ya que estaba discutiendo con su novia, por lo que fue expulsado, aunque después se le permitió volver a entrar. Una mujer, que se encontró con este detenido, su novia y otro amigo, en la confluencia de Linares Rivas con Primo de Rivera, una vez que se había producido ya la brutal agresión, decidió seguirlos, ya que, como la chica iba muy enfadada, pensó que se podría tratar de un episodio de violencia machista. En el parque Europa, la testigo pudo escuchar que la joven le decía a su pareja: “cómo lo dejasteis, algún día te van a dar a ti las hostias” y que su novio le contestó: “Puto maricón, si era un maricón de mierda”.

En su declaración consta que el ahora detenido metió un pie en el estanque del parque, ya que estaba lesionado, y que tenía manchas en el polo que vestía y que él mismo le reconoció que eran de sangre. El sumario contiene fotos de la luxación, que se podría haber hecho durante la paliza. Un análisis de ADN revela que hay “células epiteliales de la cara de Samuel” que incriminan a este joven. Los testigos le implican no solo en esta primera parte de la pelea sino durante todo el ataque. Hay testimonios —incluso el del cuarto detenido— que indican que D.M.M. le dio su cazadora y una bandolera a su novia en el transcurso de la pelea.

Una vez que la Policía Nacional consigue identificarlo, los agentes confirman que había sido denunciado antes “por insultos, amenazas y lesiones en el parque Europa, en el que participa en conjunto con otros integrantes de la pandilla”, según consta en el sumario, —ellos no están entre los detenidos por el crimen de Samuel—. Los trece testigos directos y de referencia que participan en las ruedas de reconocimiento señalan a D.M.M. como “participante activo en la agresión” dando puñetazos y patadas a la víctima.

El segundo detenido

Tiene 21 años y responde a las iniciales A.F.G. Es amigo de la pareja y también del cuarto detenido. La cámara interior del pub El Andén le capta con nitidez metiéndose entre la ropa una botella, con la que los agentes creen que agredió a Samuel, ya que encontraron cristales rotos donde se produjo la pelea que tienen su ADN. Los investigadores lo señalan como el que tira al suelo a Samuel haciéndole un mataleón —una técnica que refieren, entre otros, la novia del cuarto detenido en sus testimonios—, que consiste en agarrar a alguien por el cuello desde atrás para que se caiga. Testificales del sumario le sitúan en todas las fases de la agresión, incluso en la última, cuando Samuel se desploma a la altura del número 2 de la avenida de Buenos Aires.

Los agentes consideran acreditado que participó en la agresión y también que estuvo en la segunda reunión que mantuvieron los miembros de la pandilla tras la pelea, en el parque de San Diego, sobre las seis de la mañana. Según la declaración ante los agentes del cuarto detenido, él era el que más abatido estaba. Uno de los testigos asegura que, al tener conocimiento de que Samuel había muerto o que, cuando menos estaba malherido, A.F.G. “se echa las manos a la cabeza” y dice que él “solo” le dio “dos puñetazos”.

La detenida

Es la novia del primer arrestado, tiene 19 años y responde a las iniciales C.S.B. Estaba presente cuando se inició el conflicto. Lina aseguró en su declaración que ella la había empujado y tirado al suelo para que no pudiese intervenir y defender a Samuel y que había alentado la agresión. En sede judicial, C.S.B. manifestó que no había participado en el ataque y que incluso había intentado pararlo, siendo golpeada por los jóvenes; aseguró que solo había estado en el momento inicial de la paliza y que se fue, desconociendo qué pasó después.

En su caso, hay testigos que dicen que ella intentó parar a D.M.M., pero que él desoyó sus consejos. Uno de los testigos, que también refirió haber escuchado la palabra “maricón” de boca del primer detenido, manifestó que esta chica impidió que Lina pudiese intervenir para intentar proteger a su amigo. Varios testimonios indican que ella abandonó el lugar de los hechos con su pareja y con otros miembros de la pandilla. Los agentes le otorgan el papel de “encubridora” de los participantes en la agresión mortal a Samuel, aunque, como todos los demás, está investigada por un delito de homicidio o asesinato, unos cargos que se concretarán a lo largo de la instrucción.

Es la única de todos los detenidos que se encuentra en libertad, aunque tiene la obligación de comparecer en el Juzgado. El cuarto detenido la sitúa “al lado” de su pareja en todo momento.

El cuarto detenido

Está a punto de cumplir 19 años y responde a las iniciales K.A.S.C. Además del delito de asesinato o de homicidio, se le imputa también apropiación indebida al haberse llevado el móvil de Samuel del lugar de los hechos. Fue a declarar voluntariamente ante la Policía Nacional como testigo, aunque acabó siendo detenido el 7 de agosto. Prestó declaración en sede judicial, respondiendo a las preguntas de todas las partes. Pasadas unas horas de la brutal agresión, usuarios de las redes sociales le señalaban en publicaciones como uno de los participantes activos en la pelea. Él llegó a contestar en Instagram diciendo que estaba allí, pero que no había pegado a nadie.

Su versión la contradicen algunos de los testigos, que señalan que estaba en el grupo agresor. El joven aseguró ante la jueza que no vio cómo se inició la pelea, que cuando llegó, alertado por su novia, vio ya que D.M.M. y A.F.G. estaban pegando a Samuel. Después, refirió que alguien agredió a la víctima desde atrás, pero que no consiguió ver quién había sido, ya que había más gente que se había unido a la paliza. Según su testimonio, después, subió al CHUAC, ya que una de las chicas había sido trasladada por un coma etílico y, después, bajó al parque Europa, donde se reunió con sus amigos y, después, participó también en la cita del parque de San Diego, donde los agentes creen que se reunieron para destruir pruebas.

Sobre el móvil, este joven dice que lo tiró por miedo, al saber que era de la víctima. Uno de los testigos dice que se lo intentó vender; él, sin embargo, que fue el otro chico, también amigo de ellos, el que le daba cien euros por el dispositivo, pero que no quiso vendérselo. El sumario le sitúa desde el segundo punto de la agresión hasta el final.

Los menores

Uno de ellos acaba de cumplir 17 años y, el otro, cumplirá los 18 a principios del próximo año. Uno tiene un antecedente por malos tratos y los agentes le habían tomado declaración como investigado no detenido por un delito de abuso sexual. Según comunicó la Audiencia Provincial, estaba en un periodo de libertad vigilada cuando se produjeron los hechos. Los testigos los sitúan como participantes en la paliza mortal, a partir del incidente inicial con el móvil. Los agentes realizaron un registro en casa de uno de ellos y se incautaron de un objeto metálico para su análisis, ya que les consta que Samuel recibió un golpe en la cabeza por detrás con un dispositivo que puede coincidir con este, aunque no tienen los resultados todavía.