En diciembre del 2019 la Fiscalía Provincial de Castellón y la Guardia Civil culminaron una gran operación en Onda, Castellón, contra la explotación laboral y la trata de seres humanos, cuyo despliegue no pasó inadvertido. Liberaron a más de una quincena de collidorsque vivían hacinados en una vivienda utilizada por la red de tratantes en el número 45 de la avenida del Mar y continuaron localizando hasta medio centenar de víctimas. La Audiencia Provincial de Castellón ha impuesto ahora 108 años de prisión a los cabecillas de la trama por 50 delitos de trata de seres humanos y blanqueo de capitales. A otros tres implicados los condena a 44 años de cárcel a uno de ellos y 19 a los otros dos.

Según declara probado la sentencia a la que ha tenido acceso este periódico, la organización se dedicaba a captar en Rumanía y Bulgaria a personas que se encontraban en una situación de precariedad económica. Les ofrecían trabajo en la provincia como temporeros, bajo la promesa de obtener importantes ganancias, a sabiendas de que este extremo era falso. Los condenados se encargaban entonces de organizar el viaje de las víctimas a España, las llevaban a las oficinas de Extranjería para obtener el NIE y efectuaban los trámites para los contratos con las empresas de trabajo temporal.

'Modus operandi'

Después, llevaban a los afectados a distintas entidades bancarias para abrir cuentas en las que ingresar las nóminas, reteniendo a las víctimas toda la documentación correspondiente para tener así acceso a sus nóminas. Además, según declara probado el tribunal castellonense, los procesados efectuaban tareas de control sobre los afectados, vigilaban sus movimientos y convivían con ellos en la casa de Onda. Además de las penas de prisión, la Audiencia Provincial obliga a los condenados a pagar, de forma conjunta, más de 100.000 euros al medio centenar de afectados por la red de trata.

Las víctimas no solo tenían carencias económicas, sino también alimenticias. La organización, además de quedarse con el dinero de los ciudadanos rumanos a los que captaba y hacía trabajar como collidors, no les proporcionaba casi comida. Según ha podido saber El Periódico Mediterráneo, los investigadores encontraron en la vivienda a varias personas muy jóvenes, de apenas 18 años, que habían pasado tres días sin ingerir nada más que alguna naranja.

La trata no es solo de tipo sexual, sino también laboral

Aunque lo más habitual es oír hablar de trata de personas vinculada a fines sexuales -prostitución forzada tras falsas promesas a mujeres, a quienes ofrecen trabajos de camarera o de asistencia doméstica en sus países de origen para traerlas a España-, también existe la explotación puramente laboral. A finales del pasado año la Policía Nacional detuvo a un total de siete personas en una operación para detectar delitos contra los derechos de los trabajadores en fruterías de Castelló. Durante el operativo policial se inspeccionaron siete establecimientos y en seis de ellos tenían a los trabajadores sin contrato de trabajo y sin darlos de alta en la Seguridad Social. Incluso tres de ellos estaban en situación irregular en España, por lo que fueron detenidos los empresarios. En junio del 2019 también se actuó contra una mafia china que tenía macrocultivos de marihuana en naves industriales y que explotaba a compatriotas para vigilar las plantaciones.