Once personas han resultado heridas de distinta consideración tras ser arrolladas por un vehículo que invadió una de las aceras de la calle Miguel Cano, en el centro urbano de Marbella y que alberga las terrazas de diferentes establecimientos, señalaron fuentes de la Delegación de Salud de la Junta de Andalucía en Málaga. Los servicios sanitarios evacuaron a los heridos al Hospital Costa del Sol, que indicaron que una se encuentra en observación en la Unidad de Cuidados Intensivos; otra estaba a la espera de los resultados de unas pruebas que se le practicaron; y el resto no presentaba lesiones de importancia.

Otras personas, que se encontraban en las terrazas cuando se produjeron las colisiones, fueron atendidas en la zona al no presentar lesiones de importancia. La Policía Nacional detuvo al conductor del vehículo, un varón de 30 años de edad y nacionalidad española que en el momento de los atropellos estaba acompañado en el coche por otras personas. Seis agentes trasladaron al conductor en volandas hasta uno de los coches patrulla. Al cierre de la edición, la Policía Nacional seguía practicando diligencias para tratar de esclarecer las circunstancias de los hechos, aunque descartó la etiología terrorista como causa del accidente.

Los atropellos se produjeron después de que un vehículo de la marca Suzuki de color blanco accediera a primera hora de la tarde por la acera izquierda de la calle, en la que tienen prioridad los peatones, en dirección sur y arrollara a los clientes y viandantes que se encontraban a su paso, hasta que se empotró contra un portal ubicado a escasa distancia de la confluencia entre las vías Miguel Cano y Carlos Mackintosh, según relataron testigos del suceso.

El Servicio de Emergencias 112 recibió sobre las 15.30 horas unas diez llamadas que alertaban de que un vehículo había colisionado contra la terraza de un bar y había arrollado a varias personas. Tras el aviso, agentes de la Policía Nacional y Local, una dotación de bomberos y unidades de urgencias del Servicio Andaluz de Salud y una UVI del 061 se trasladaron hasta el lugar de los hechos, una calle que conecta el Paseo Marítimo con la avenida Ricardo Soriano, la principal artería de comunicación del núcleo urbano.

Los viandantes que resultaron ilesos y los trabajadores del resto de establecimientos de la calle acudieron rápidamente en auxilio de las víctimas. «Justo estaba bajando por la calle y vi que pasaba un coche blanco muy rápido, rapidísimo. Luego ya escuché los gritos y a la gente saliendo de la calle. Cuando me asome, me dije ‘La madre...’ Estaba todo reventado. El coche ha parado más abajo», señaló Polina Plyuta, camarera en un establecimiento de productos ibéricos ubicado en la acera contraria a la que invadió el vehículo.

«Me asusté porque estas cosas no pasan. Y eso que yo siempre paso por aquí, por esta misma calle todos los días», agregó. Soyin, que se encontraba trabajando en el interior del restaurante japonés que colinda con el portal contra el que se topó el vehículo y creyó en medio de la confusión que se aproximaba un camión de provisión de suministros. Al salir al exterior para servir la comida, «vi que el coche estaba aquí». «No quería ni ver a la gente. Primero busqué a mis clientes para ver cómo se encontraban. Al final estaban bien. Una pareja de extranjeros lloraba y les llevé al interior del local», señaló. Osvaldo López vio, desde la tienda de ropa deportiva en la que trabaja, «a mucha gente tirada».

«Había niños, mucho temor. Una chica embarazada estaba caída», relató. A su juicio, el conductor perdió el control del vehículo y se encontraba «un poco nervioso». «Iba acompañado de su madre, que iba de copiloto, y otros dos pasajeros. Al chico le conocemos de paso, a su padre y a su madre. No me imagino qué le pudo haber pasado», apuntó.