Los profesionales que participan como tripulantes o investigadores en el buque Ángeles Alvariño trabajarán de forma continuada, las 24 horas al día mediante diferentes turnos, en las tareas de rastreo del fondo marino frente a la costa de Santa Cruz de Tenerife en busca de las niñas desaparecidas. Según las fuentes consultadas, en estos momentos en el barco propiedad del Instituto Español de Oceanografía (IEO) realizan diferentes funciones alrededor de 25 personas. Y su actividad está previsto que se prolongue hasta el próximo 8 de junio, al menos por ahora.

En base a la información que ha trascendido, después de obtener la autorización de la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Güímar, se programó un análisis de las profundidades ante la capital tinerfeña a lo largo de diez jornadas. Es decir, que esta tarea para la localización de elementos que permitan saber qué ocurrió con las pequeñas se efectúa de forma intensiva, con equipos de diversos tripulantes e investigadores en total que se turnan cada ocho horas.

Cabe recordar que el buque Ángeles Alvariño atracó el pasado sábado a las 17:30 horas en el Dique Sur del Puerto de Santa Cruz de Tenerife. Tras una reunión entre investigadores de la Guardia Civil y responsables de la embarcación y de los equipos tecnológicos con los que se efectúa esta compleja labor, el barco zarpó a las 14:00 horas del domingo. Se contempla que el rastreo con el sonar de barrido lateral dure hasta el martes de la próxima semana.

La embarcación realiza trayectos de unos siete kilómetros aproximadamente en líneas paralelas a la costa y entre sí ante la capital tinerfeña. La elección de esta franja se efectúa en base a las indicaciones dadas por los agentes del Instituto Armado sobre el posicionamiento del móvil de Tomás Gimeno cuando realizó las últimas llamadas y envió mensajes a la madre de las niñas, familiares y amigos.

Investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) llegados desde Madrid se ocuparon del duplicado de la tarjeta del terminal del progenitor de Olivia y Anna, así como de determinar los puntos desde los que hizo sus comunicaciones.

El barco del Instituto Español de Oceanografía está equipado con un sistema de posicionamiento dinámico para efectuar el análisis de los fondos y comprobar si existe algún objeto anómalo en el lecho marino. También cuenta con un potente motor y una rampa en la popa para la introducción en el agua y extracción del robot Liropus, que está valorado en 1,5 millones de euros.

El presidente de la entidad SOSDesaparecidos a nivel nacional, Joaquín Amills, contó ayer un supuesto episodio protagonizado por el padre de las niñas desaparecidas ocurrido hace unos 13 años y que, al parecer, contribuye a conocer la forma de ser de Tomás Gimeno y su proceder para lograr sus objetivos. Según explicó Joaquín Amills en base a lo que le ha contado la madre de las menores, el progenitor provocó el incendio de un vehículo de su propiedad con el fin de cobrar el dinero de la compañía aseguradora.

Amills explicó que el turismo afectado por las llamas era un Fiat Stilo de color amarillo y los hechos ocurrieron en el año 2008. Sin embargo, el portavoz de la ONG dedicada a apoyar a las familias de desaparecidos, no tiene constancia de que por ese hecho Gimeno fuera denunciado y llevado ante la Administración de Justicia, ya que, de haber sido así, pudo haber incurrido en un delito de estafa al seguro.

El hijo que no llegó a nacer en 2018

En el transcurso de la mañana de este lunes, Beatriz Zimmerman divulgó otra carta dirigida a sus hijas, en especial a la mayor, Olivia. En la misma, reconoce que perdió a un hijo cuando tenía ocho meses de embarazo. En un párrafo de la misiva, la madre de las pequeñas manifiesta dirigiéndose a Olivia: “Esperamos a Anna con unas ganas inmensas después del palo de haber perdido a tu hermanito con 8 meses de embarazo...Una experiencia muy dura y difícil que sobrellevaste de una manera increíble...”. Zimmermann autorizó a Joaquín Amills para que explicara que la pérdida de ese niño ocurrió en agosto del año 2018. La situación estuvo relacionada supuestamente con un problema de corazón en el nonato. La confirmación del fallecimiento se produjo cuando ya la familia había planeado llamar al futuro bebé Tomy, al igual que su padre. Más de un año después de este desagradable episodio, nació Anna. El representante de la ong SOSDesaparecidos manifestó que Olivia interpretó el nacimiento de su hermana pequeña como una especie de reencarnación del bebé que no llegó a ver la luz. Días después de la desaparición, la jueza instructora del caso decretó el secreto de sumario sobre las actuaciones y emitió una orden internacional de búsqueda contra Tomás Gimeno, de 37 años, por un delito de secuestro de sus hijas, después de que las recogiera en la tarde del 27 de abril y no las devolviera a las 21:00 horas, como tenía acordado con su madre de forma verbal. Hoy se cumplen 35 días desde que Beatriz Zimmermann, vecina de Radazul, vio a sus hijas por última vez. Mantiene la esperanza y el deseo de verlas, pero cada vez, como es lógico, le resulta más difícil soportar la situación. Admite que solo las necesidades que puedan tener ambas pequeñas la hacen seguir en pie.