Si nada lo evita y el recurso de su defensa no prospera, Francisco, de 22 años, tendrá que responder ante la Justicia por la muerte de la expareja de su madre, con quien forcejeó en noviembre de 2019 tras salir en defensa de su progenitora cuando el presunto maltratador acudió al domicilio de su ex en Torrent y "la agarró fuertemente del cuello con ánimo de menoscabar su integridad física", como así declaró probado un juzgado de violencia sobre la mujer el mismo día que falleció este hombre de 47 años.

El Juzgado de Instrucción número tres de Torrent procesa al joven por un delito de homicidio aunque en el auto refleja que el propio fallecido fue atendido en el hospital y se negó a hacerse una prueba radiológica para descartar lesiones internas. Al día siguiente del incidente con el hijo de su víctima, y tras celebrarse un juicio rápido por los malos tratos, el condenado a 40 días de trabajos en beneficio de la comunidad caía desplomado en la puerta del domicilio de su hermano y pese a los intentos por reanimarlo los médicos certificaban su fallecimiento.

"Fue un forcejeo y caímos al suelo, solo quería defender a mi madre", declaró ante la jueza el joven la semana pasada, quien niega que le propinara puñetazos y que fue el propio fallecido quien se golpeó contra el suelo al tiempo que les decía que les iba a arruinar la vida. En el auto de procesamiento, y tras haber tomado declaración a varios vecinos de la finca y a la madre del procesado, víctima de los malos tratos, la juez recoge que tras enzarzarse y golpearse mutuamente fue L.T.P. quien se autolesionó golpeándose varias veces la cabeza contra el suelo.

Los hechos, ocurridos el 25 de noviembre de 2019 en Torrent, fueron presenciados también por la hija de siete años del finado, a quien se le ha tomado declaración mediante cámara Gesell. El hombre acudió con la menor a la vivienda de su expareja, con la que había dejado de convivir un mes antes, y comenzó a llamar de forma insistente a la puerta para que ésta le abriese. Antes de que la policía pudiera acudir al domicilio, alertada por la víctima, el hijo de ésta llegó e instó a su agresor para que se marchara del lugar, iniciándose una discusión entre ambos, según refleja el auto de procesamiento.

El hombre, de 47 años y con patologías varias —era politoxicómano y tenía cirrosis hepática, según remarca la defensa del procesado— fue atendido en un primer momento en el centro de salud y posteriormente en el Hospital General de Valencia al referir un dolor en el costado izquierdo. No obstante, aunque se le pautó una prueba radiológica para descartar lesiones internas, el propio paciente se negó a la realización de la misma y se le dio el alta. A las 15.00 horas del día siguiente sufría un desmayo cuando iba a ver a su hermano. Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Valencia establecieron en la autopsia como causa mediata de la muerte una rotura de bazo por un traumatismo torácico compatible con un fallecimiento de etiología homicida.

Asimismo, los informes toxicológicos indican que el fallecido había consumido alcohol, sustancias depresoras del sistema nervioso central y cocaína, que actúa como estimulante, en las horas previas a su fallecimiento.

Solicitan el sobreseimiento

La defensa del joven, ejercida por la letrada Silvia Moya, ha recurrido el auto de procesamiento de su cliente y solicita el sobreseimiento libre de las actuaciones contra él "al no existir indicios razonables de criminalidad". Así, atribuyen la muerte del finado a una "actitud reprochable y poco diligente" de éste. "Independientemente de la existencia de un forcejeo entre ambos, la muerte se vio causada por su lamentable estado de salud y por la negativa de éste a someterse a pruebas radiológicas", argumentan al tiempo que sostienen que si la causa prosigue contra su patrocinado es por "la necesidad de buscar culpables".

En todo caso, según explica la letrada, "dicho forcejeo entre ambos estaba dirigido a evitar las lesiones que L. T. estaba provocando a la madre de mi representado. El ahora fallecido la cogió fuertemente del cuello con ánimo de menoscabar su integridad física, y la intención de mi cliente era la de mediar para impedirlo, pero nunca la de causarle lesión alguna".