Tenso, impaciente y muy ansioso. Así se comportó Tomás Antonio Gimeno Casañas, el hombre que desapareció durante la medianoche del pasado martes en Santa Cruz de Tenerife junto a sus dos hijas, de uno y seis años. Necesitaba, con urgencia, cargar su teléfono móvil para comunicarse con su expareja, sus padres y sus amigos, con el simple objetivo de despedirse. Eso le llevó a realizar comportamientos extraños en la Marina de Tenerife, desde donde partió con su barco en dos ocasiones y el lugar en el que se le vio por última vez. Su vehículo apareció con el cristal de la ventanilla trasera izquierda roto y en su interior dejó facturas de la empresa en la que ejerce de administrador único, repuestos de vehículos, un recipiente usado de anticongelante, un dibujo infantil, dos coleteros, plásticos de chocolatinas y una lata vacía de una bebida energética. En su sillón apareció el plástico en el que había una pastilla. El desorden es muy evidente. E, incluso, había una corta manguera plástica usada para vaciar garrafas de combustible.

La Guardia Civil investiga la desaparición de las menores.

Tomás Antonio Gimeno Casañas contrató el atraque de su barco, Esquilón, en el 2016. En los primeros años utilizaba más su embarcación, del tipo Sea Rae, que puede costar entre 10.000 y 15.000 euros en el mercado de ocasión. Disfrutaba de la misma con su pareja y su hija. Pero también la usaba con varios amigos. En los últimos tiempos recurría muy poco a esta actividad de ocio. Según las fuentes consultadas, disponía de la titulación básica de patrón. La normativa prohíbe que con esa documentación se pueda navegar en horario nocturno y, además, su lancha carece de iluminación, por lo que no resulta visible para otras embarcaciones y es un peligro serio para la seguridad marítima.

Un helicóptero de la Guardia Civil participa en la búsqueda.

Sin embargo, algunos dueños atraques acuden a determinadas horas, tras finalizar su actividad laboral o empresarial, para arrancar los motores de sus barcos y así garantizar el mantenimiento. Varios, incluso, navegan durante media hora o una hora y regresan antes del toque de queda. Pero no ocurrió así en el caso de Gimeno Casañas. Tomás y su expareja presuntamente han tenido un proceso de separación complejo y “duro”. Había un acuerdo para las visitas de las niñas, Olivia y Anna, a su progenitor. Y el martes el hombre tenía permiso para estar con ellas hasta las 21:00 horas. Pero no las trasladó en el tiempo fijado hasta la vivienda de la madre, en la zona de Radazul.

Treinta minutos después, a las 21:30 horas, llegó al puerto deportivo Marina Tenerife, según captaron las cámaras de videovigilancia. Su atraque se halla en el pantalón más próximo a las oficinas del recinto. Después descargó las maletas y bultos que llevaba en su coche, para lo que dio hasta tres viajes entre el Audi A3 y su barco. Está solo. Las niñas no aparecen caminando junto a él hacia la embarcación. Veinte minutos después, a las 21:50 horas, arrancó por primera vez y salió a navegar con Esquilón. Regresó a Marina Tenerife a las 23:30 horas. Después cogió otra vez su turismo y se fue hasta una de las gasolineras situadas en paralelo en la autovía de San Andrés. En la tienda compró un cargador de teléfono móvil. Una de las hipótesis es que, en algún momento, pudo dejar las llaves del automóvil en el interior y este se cerró de forma automática. Tal vez por eso se vio obligado a romper la ventanilla para abrir la puerta. Tomás regresó hasta el puerto deportivo y acudió hasta la garita del vigilante, a quien le pidió cargar su teléfono en el cuarto del marinero. El trabajador lo notó nervioso, ansioso, impaciente. También le advirtió de que a esa hora no debía salir a navegar, entre otras cosas por el toque de queda. Pero no le hizo caso. A las 00:30 horas volvió a arrancar su embarcación, salió de Marina Tenerife y ya no regresó más.

Al ver que no le llevó a las niñas a la hora convenida, la madre se fue directa hasta la vivienda de Tomás, situada en una calle de la zona de Igueste, en el municipio de Candelaria. Antes de la separación, la familia se trasladó a vivir a dicha finca en régimen de alquiler hace alrededor de un año y medio. Se trata de un chalé rodeado de vegetación, en un paraje rural y muy tranquilo. El hombre desaparecido vivía solo en dicho domicilio desde hace varios meses. Su exmujer no halló a Tomás ni a sus hijas en la casa. Detectó que en el hogar faltaba ropa. Telefoneó varias veces al padre de las niñas, pero no obtuvo respuesta. A las 22:00 horas fue Tomás quien la llamó a ella para decirle que no volvería a ver más a sus hijas ni a él.

Ante ese terrible mensaje, la mujer acudió al puesto de la Guardia Civil en Candelaria, donde informa de lo que ocurre. Tomás apaga su terminal o se queda sin batería. Según las fuentes consultadas, a las 2:00 horas, él vuelve a llamar a su expareja para repetirle que ya no volverá a ver más a Olivia ni a Anna; tampoco a él.

Durante la madrugada, después de salir por última vez de Marina Tenerife, envió los mensajes de whatsapp de despedida a sus padres y a algunos amigos. Cuando por la mañana vieron las palabras de su hijo, su padre acudió a la Guardia Civil para intentar solicitar ayuda. Poco después, agentes del Instituto Armado, tanto de uniforme como de paisano, acudieron hasta el domicilio de Gimeno Casañas, donde efectuaron un registro y hablaron con los vecinos del lugar. Algunos residentes de la zona definen al padre de las niñas como una persona correcta, que saludaba e intercambiaba frases al pasear los animales, pero que no llegó a conversar de forma extensa con ellos.

Debido a las circunstancias que rodean el asunto, los guardias civiles acudieron hasta el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Güímar, que se encuentra estos días de Guardia, para informar de la situación. Dicho órgano judicial abrió diligencias previas en relación a la desaparición de Tomás Antonio Gimeno, Olivia y Anna, en principio por un delito de secuestro. Según la información ofrecida por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), el juzgado decretó el secreto sobre las actuaciones.

Guaza

A Tomás Gimeno Casañas no le constan antecedentes penales en estos momentos. No obstante, sí está en tratamiento médico, según las fuentes consultadas. La expareja supuestamente recibió sus amenazas en diciembre, pero no llegó a denunciarlo. A sus 37 años, figura como administrador único de una empresa de agricultura en el municipio de Arona. Antes de trasladarse a vivir al domicilio de Igueste de Candelaria, la familia residió en una extensa finca de los padres de Tomás en la zona de Guaza, en el Sur de Tenerife.

Tomás Gimeno Casañas solía frecuentar algunos locales de ocio nocturno de la zona turística de Arona. Este hombre desaparecido desciende de una de las familias propietarias de extensos terrenos de producción agraria en el Sur de la Isla, de forma fundamental, en los municipios de Arona y Vilaflor. De hecho, sus abuelos paternos ostentaron la propiedad de la casa solariega en la que vivió el Marqués de Siete Fuentes, en las inmediaciones de la iglesia de San Pedro, en el casco histórico de Vilaflor. Su padre, Tomás Gimeno Bello, empresario del sector agrario, es conocido en el automovilismo por ser uno de los pilotos más importantes de Tenerife a finales de los años 70 (Lancia Beta Coupé) y los 80 (Volkswagen Golf GTI y Mercedes Benz 190 E 2.3 16).

La Guardia Civil no descarta ninguna línea de investigación en este asunto. La Unidad Orgánica de Policía Judicial y el Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil desarrollan todas las acciones posibles para determinar qué pudo ocurrir antes de que el hombre desaparecido subiera a su barco por primera vez. En la mañana de ayer se llevó a cabo la inspección de Esquilón. Esta embarcación fue localizada vacía a media tarde del pasado miércoles frente a la costa de El Puertito de Güímar. Desde el Instituto Armado ni confirman ni desmienten que en las inmediaciones de la lancha había una sillita de bebé flotando. En la tarde de ayer, el Audi A3 permanecía precintado por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil frente al pantalán A del recinto de Marina Tenerife.

Operativo de búsqueda

El nuevo helicóptero de la Guardia Civil en Tenerife se estrenó durante las tareas de localización del hombre y las dos niñas. Los trabajos de búsqueda del dispositivo de emergencia se centraron entre la Punta de Anaga y El Puertito de Güímar. A lo largo de la tarde de ayer, el radio de búsqueda por parte del buque Punta Salinas de Salvamento Marítimo se concentró frente a la costa de Santa Cruz de Tenerife.