Un joven que, al parecer, tiene mermadas sus facultades mentales, apuñaló este martes por la noche a su padre en una calle de Tarazona y le provocó lesiones de gravedad. El agresor, esgrimiendo un cuchillo de cocina, se abalanzó sobre su progenitor y le clavó el arma blanca.

La víctima, José Carbonell, quedó tendida en el suelo y fue auxiliada por la Policía Local y los servicios sanitarios. El hecho se produjo sobre las 21.15 horas y el herido fue trasladado en ambulancia a las 21.40 al hospital Reina Sofía de Tudela, distante unos 25 kilómetros.

Efectivos de la Guardia Civil detuvieron poco después del suceso al joven, que sufre de esquizofrenia y arrastra un largo historial de enfrentamientos con su progenitor.

Según testigos presenciales, antes del apuñalamiento padre e hijo habían mantenido una fuerte y acalorada discusión en la rotonda existente en la avenida de la Paz, justo al lado del edificio de los juzgados.

Puerta con pestillo

El padre vive en las inmediaciones, en la conocida como casa de los Maestros. Se ve que, según comentarios difundidos ayer, había sufrido otras agresiones y se encerraba en su habitación corriendo un pestillo para evitar la entrada de su hijo. «El padre está grave», señaló una persona que tenía datos sobre lo sucedido.

Las redes sociales fueron utilizadas ayer por numerosas personas para intercambiar vídeos en los que se ve un hombre tendido en el asfalto, cubierto con una manta y a la espera de la llegada de los servicios de emergencias médicas. A su lado, otra persona lanza desgarradores gritos de dolor, junto a una pareja de la Policía Local.

Conmoción

Fuentes de la Guardia Civil indicaron ayer que se ha abierto una investigación para determinar las causas del suceso y averiguar el móvil del agresor.

Todo apunta, en principio, a un brote de locura del hijo, pero no se descartan otras hipótesis.

La noticia de la brutal agresión, que corrió de móvil en móvil, llenó de consternación a los vecinos de Tarazona, donde los Carbonell son una familia conocida.

De hecho, una persona de la localidad manifestó que hacía tiempo que se conocían las desavenencias del atacante con su progenitor y que estas se atribuían a posibles problemas psíquicos y no a una enemistad entre ambos.