La vista del recurso contra la condena de María Jesús Moreno y Salvador Rodrigo, más conocidos por sus diminutivos familiares de Maje y Salva, por el asesinato del marido de ella, Antonio Navarro, el 16 de agosto de 2017, ya tiene fecha: 6 de mayo. Será ese día cuando la Sala de lo Civil y lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de la C. Valenciana (TSJCV) celebre la vista con las partes para escuchar sus argumentos a la hora de pedir la modificación de la sentencia o su confirmación.

Tal como adelantó Levante-EMV, han sido las dos defensas las que han apelado al TSJ para intentar modificar a la baja -incluso anular, en el caso de Maje- las condenas de 22 años de cárcel, en el caso de ella, y de 17, en el caso de él.

El tribunal que verá la apelación está formado por tres magistrados, entre ellos la presidenta del TSJ, Pilar de la Oliva, que preside también la terna, y, de momento, no está claro si estarán presentes en ese acto los dos condenados. Sí estarán, al tratarse de un recurso con vista, las dos defensas, la Fiscalía y la acusación particular.

Tanto la defensa de Maje, integrada por los letrados Javier Boix y Alicia Andújar, como la de Salva, ejercida por la letrada Julita Martínez, presentaron sus recursos de apelación el pasado 7 de diciembre, tal como avanzó este periódico.

Ni la Fiscalía, representada por Vicente Devesa, ni la acusación particular, ejercida por los letrados Patricia Cogollos y Miguel Ferrer en nombre de la familia de Antonio Navarro, han apelado, ya que la sentencia se ajusta casi como un guante a sus pretensiones en la sala de vistas.

"Juicio paralelo"

Los abogados de María Jesús Moreno plantearon directamente la nulidad del proceso o, en su defecto, la anulación de la sentencia para suavizar los cargos contra su defendida —están dispuestos a que sea condenada por un homicidio, pero a menos años—. Y basan su pretensión en tres cuestiones: el supuesto juicio paralelo que, según ellos, condicionó la decisión del jurado, la falta de motivación —"siquiera sucinta", llegan a decir— del veredicto y los «excesos» del magistrado en lo que ellos entienden como una extralimitación a la hora de «completar» lo dicho por el Tribunal Popular.

En un extenso escrito de 78 folios, centran sus esfuerzos en convencer al TSJ de que los jurados alcanzaron el veredicto de culpabilidad porque no supieron abstraerse de las noticias publicadas. Para demostrar esa afirmación, enumeran 14 artículos de prensa doce de ellos son de Levante-EMV— y un programa de televisión, todos ellos muy anteriores en el tiempo a la celebración del juicio. Es más, no incluyen una sola noticia de los doce días que duró la vista oral, que es cuando, en teoría, mayor influencia sobre el jurado podían ejercer esas publicaciones.

En el citado recurso, llegan incluso a establecer relación entre algunas de las postulaciones del magistrado presidente de la sala con la presunta influencia de esa cobertura mediática.

En definitiva, la defensa de María Jesús pide, en primer término, la nulidad del juicio por la afectación de ese presunto ‘juicio paralelo’, la falta de motivación del veredicto y la quiebra de la presunción de inocencia basada en que los elementos de convicción del jurado no constituyen prueba —«se acaba condenando sin prueba», afirman—. Incluso denuncia el letrado el «exceso por parte del magistrado presidente al estructurar nuevos elementos probatorios que no son tales (...) y que comporta un exceso en sus funciones».

Pero, ante la posibilidad altamente probable de que el órdago de la nulidad no funcione, los letrados abren otras alternativas. Su primera propuesta subsidiaria es que se anule la condena impuesta a Maje para dejar fuera la alevosía, ya que considera que el modo de matar, en todo caso, lo eligió y ejecutó el autor material, esto es, el otro condenado, Salvador Rodrigo.

Incluso plantean un tercer escenario: que se la condene por un homicidio doloso, lo que supondría una rebaja de la condena (la es por asesinato), que aumentaría si triunfan sus siguientes alternativas: que se contemple solo una circunstancia agravante: o la de alevosía, o la de parentesco, pero no ambas, como ocurre ahora (la de alevosía está implícita en la calificación de asesinato, ya que es la circunstancia que agrava el homicidio, y la de parentesco, que es la que provoca que su pena sea mayor que la de su examante y autor material del crimen, se le impuso por ser la mujer de la víctima, lo que le daba mayor conocimiento de sus costumbres y menor desconfianza de que le causara mal).

Merma de condena

En cuanto a la defensa de Salva, su abogada busca con esta apelación, resumida en 29 folios, una rebaja considerable de la condena de 17 años impuesta por el magistrado del Tribunal de Jurado hasta los siete y medio que propuso la letrada en sus conclusiones definitivas al término de la vista oral.

Julita Martínez considera que el magistrado traspuso desfavorablemente a los intereses de su defendido las circunstancias que sí dio por probadas el jurado, como son que reparó el daño a la familia poniendo a su disposición sus propiedades y dando orden a su banco de que liberara su fondo de pensiones para aportarlo como compensación, que colaboró con la Justicia al llevar a la Policía hasta el arma homicida, que había arrojado, perfectamente envuelta y preservada, al fondo de la fosa séptica de su chalé en Riba-roja cuando nadie sabía dónde estaba y diciendo la verdad al dejar de proteger a Maje y revelando la implicación de esta, y que confesó los hechos desde el momento en que fue detenido.

La letrada ha recurrido al alto tribunal valenciano porque el magistrado no tuvo en cuenta la atenuante de reparación del daño y, aunque sí contempló las otras dos, Martínez sostiene que solo lo hizo en su versión simple y no como muy cualificada, lo que habría reducido de manera considerable la pena final. Ahora, tratará de convencer al tribunal del TSJ de que reduzca “en uno o dos grados” la condena a Salva, dado que, en su opinión, la confesión tardía fue de gran utilidad a la investigación y a la instrucción y la revelación de dónde estaba el arma supuso un espaldarazo a la acusación contra él.

Así mismo, considera que la colaboración que ha supuesto su cambio de versión, a la que le llevó “el arrepentimiento”, en palabras del reo, cuando llevaba nueve meses en prisión, cambio que mantuvo hasta el último día del juicio, ha sido fundamental para llevar al jurado al convencimiento, por unanimidad, de que Maje no solo era tan culpable como él, sino de que, además, fue ella quien ideó y planeó el crimen, y le convenció de cometerlo.

La Fiscalía y la acusación particular, que evidentemente no han recurrido ya que la condena se ajusta casi por completo a sus pretensiones, rebatirán, de nuevo esas tesis y procurarán convencer a la terna encabezada por Pilar de la Oliva de que la condena de 22 y 17 años es correcta y debe ser confirmada en todos sus términos.