El juez encargado de la investigación no descarta que durante la instrucción se añadan nuevos cargos para los dos policías nacionales que se encuentran en prisión provisional por la agresión el pasado viernes, 12 de febrero, a un hombre y a su hija de 14 años en una terraza de un bar Linares (Jaén) cuando los agentes no se encontraban de servicios. A los dos agentes se les investiga inicialmente por un delito de lesiones agravadas.

En concreto, en el auto en el que se ordena la prisión provisional y que ha sido facilitado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), el titular del Juzgado número 3 de Primera Instancia e Instrucción señala que es "evidente" "la desproporción" en la actuación de los dos policías, que en el momento de los hechos no se encontraban de servicio.

De esta forma, el juez no descarta que una vez oídos los testigos y según avance la instrucción de la causa "podría dar lugar a que incluso se añadan nuevos cargos a los investigados como el de detención ilegal o tortura".

Para el juez, tras visionar las imágenes difundidas por redes sociales, los dos policías emplearon "una violencia atroz" contra el hombre y su hija hasta el punto de que aun habiendo conseguido reducir en el suelo al hombre, "continúan dándole golpes".

"Es evidente que los detenidos actuaron desproporcionadamente y por tanto ejecutaron hechos susceptibles de reproche penal". Independientemente de quién iniciara la pelea, el juez señala que "no se justifica en absoluto la despreciable agresión perpetrada por los detenidos".

Los dos policías sostuvieron en su declaración que con su forma de actuar sólo querían evitar que el hombre se fuera del lugar hasta que llegara más policía. No obstante, el juez señala que "en su condición de agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado debieron haber considerado el criterio de oportunidad y proporcionalidad a la hora de tomar la decisión de impedir que el señor Mendoza se fuese del lugar" .

Añade el juez en el auto que los investigados pusieron "en práctica la maquiavélica máxima de que el fin justifica los medios" y la emprendieron a golpes con una persona para supuestamente evitar que abandonara el lugar.

El ingreso en prisión provisión lo justifica afirmando que "es bastante probable que los investigados sientan impulsos de huir de la acción de la justicia ante la elevada entidad de la pena de prisión que se les pudiera imponer".

A dicha sospecha contribuye, dice el juez, "el hecho de que su arraigo familiar sea escaso -no tienen pareja ni descendencia- y su arraigo laboral previsiblemente haya desaparecido puesto que se les ha abierto un expediente disciplinario por la Policía Nacional, siendo probable que estén cautelarmente suspendidos de su empleo, ya que se les ha retirado su arma reglamentaria".

También señala que debe procurarse la finalidad de evitar la ocultación, alternación o destrucción de fuentes de prueba" ya que por su condición de policías "disponen de mayores facilidades que el ciudadano medio para averiguar datos que les permitan influir indebida o ilegítimamente en las fuentes de prueba, principalmente testigos".

Asimismo, señala para argumentar su decisión de ingreso en prisión que la medida va dirigida también a proteger a la víctima. "Si ese sentimiento de impunidad por su condición de policías no es destruido contundentemente es más que probable presagiar que los investigados podrían trata de atentan contra los intereses, los bienes o los derechos" tanto de la víctima como de sus allegados.

Por último concluye que "los investigados, a través de sus actos, han puesto de manifiesto que son incapaces de dar cumplimiento a los mandatos legales y constitucionales, pues en caso contrario no estarían en la situación en la que se hallan".

Los dos policías se encuentran desde este lunes en la cárcel de Sevilla I, en el módulo específico para FIES (fichero de internos de especial seguimiento) 4, que se corresponde con los miembros de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.