El carguero de propulsión nuclear Sevmorput, de bandera rusa, se encuentra averiado cerca de las costas de Canarias, a unas 70 millas al sur de Gran Canaria. El buque sufrió en octubre una ruptura en una de las cuatro hojas de su única hélice y en el eje cuando se encontraba a unas 500 millas de la costa de Angola en su viaje rumbo a la Antártida como parte de una misión científica. Tras varios intentos por arreglar la avería, cuyos orígenes no han sido esclarecidos por parte de la naviera propietaria de la embarcación, Atomflot, el portacontenedores, cuyo motor tiene una capacidad para albergar hasta 150 kilos de uranio, dio media vuelta para dirigirse a su puerto base en San Petersburgo, a donde tiene previsto llegar antes de Año Nuevo. Durante su navegación el contenedor libera productos de la fisión , desechos nucleares.

La presencia del Sevmorput en aguas próximas a las Islas ha alertado a la Dirección General de Marina Mercante del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana que ha contactado con el Consejo de Seguridad Nuclear de España para vigilar el trayecto del mercante de propulsión nuclear ruso en su periplo junto al espacio marítimo español. Marina Mercante, según ha trasladado a este periódico, se ha puesto en contacto con el capitán del buque, que ha transmitido que "manera formal" que la maquinaria y los equipos mecánicos a bordo "funcionan correctamente", que durante todo el viaje "no se ha producido ningún incidente o avería del equipo nuclear a bordo" y que están a la espera de que mejoren las condiciones meteorológicas "en las zonas de tránsito" hasta llegar al puerto de destino. Pese a este, en apariencia, tranquilizador mensaje por parte del capitán, los responsables de Marina Mercante están preocupados. Una inquietud generada por la baja velocidad del mercante, a menos de diez nudos, y el rumbo errático en su travesía. Al Consejo de Seguridad Nuclear el Ministerio ha solicitado asesoramiento y colaboración mientras el Sevmorput navegue junto a las costas españolas.

Al cierre de esta edición el Sevmorput, un buque de carga con propulsión nuclear, de 260,3 metros de eslora por 32,2 metros de manga y un calado de 11,8 y que fue construido en Crimea al final de la Guerra Fría, se encontraba a unas 70 millas náuticas al sur de Gran Canaria. Según informa el diario ruso Kommersant, el buque debería recalar en el puerto de San Petersburgo el próximo 31 de diciembre para poder ser reparado en los astilleros de Kanonersky. Hasta llegar al puerto ruso el buque ruso de propulsión nuclear tiene que pasar por catorce países europeos: España, Portugal, Francia, Reino Unido, Bélgica, Países Bajos, Alemania, Dinamarca, Suecia, Polonia, Lituania, Letonia, Estonia y Finlandia.

A las autoridades de los distintos países a los que se ha ido acercando el carguero les preocupa la cantidad de uranio que alberga en su interior-puede almacenar hasta 150 kilos de esta sustancia-, material que utiliza para su propulsión. El sistema nuclear que emplea para generar la energía con la que navega es más preocupante que la carga que transporta: una serie de módulos de viviendas prefabricadas, entre otros materiales de construcción, con destino a la base científica de Vostok, de bandera rusa, en el interior de la Antártida.

Una vez cruce el Archipiélago, el buque debería pasar junto a las costas de Portugal y Galicia y del resto del Cantábrico en los próximos días, previo paso por Madeira. Lo cierto es que tanto la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) como el Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera (IPMA) mantienen avisos por fenómenos costeros en toda la fachada atlántica de la península Ibérica, además de Madeira, por olas de entre 4 y 6 metros. No obstante, la predicción indica que esta situación tenderá a remitir en los próximos días. En Canarias, todo indica a una mejoría en las condiciones marítimas a partir de hoy.

Aún así, existe gran preocupación entre diferentes colectivos ecologistas, como es el caso de la asociación Arco Iris o los franceses de Robin Des Bois, pues es en estas fechas cuando tradicionalmente se desatan los peores temporales en esta parte del Atlántico. Desde Marina Mercante afirmaron este martes que seguirán manteniendo el contacto con el carguero nuclear y efectuando un seguimiento como medida de prevención desde los diferentes centros de Salvamento Marítimo a los que vaya acercándose.

Esta no es la primera vez que saltan las alarmas en España por la cercanía de una embarcación con reactores nucleares a bordo. En 2016 el submarinos británico HMS Ambush chocó contra otra embarcación en el Estrecho de Gibraltar y fue llevado a reparar en la colonia británica. La diferencia ahora es que el Sevmorput es el único carguero civil con propulsión nuclear que queda operativo en el mundo. Un buque que viajaba en esta ocasión por primera vez a las bases rusas en la Antártida, travesía que tuvo que ser suspendida a mitad de camino.

El Sevmorput partió de San Petersburgo el 5 de octubre. Según fuentes de la Marina Mercante española, una vez entró en el Atlántico navegó retirado de la costa, con el fin de evitar el centro de control de Finisterre, en Galicia. En su viaje de ida pasó al noroeste de La Palma antes de continuar hacia el Hemisferio Sur, una ruta muy diferente a la que está siguiendo ahora, pues en esta ocasión cruzará por medio del Archipiélago, debido a los problemas en su única hélice de propulsión, aún sin solventar.

El destino inicial del carguero ruso era la Antártida, la estación científica Progrés, de bandera rusa, que se encuentra cercana a las aguas del Índico. La carga que transporta, financiada por el magnate Leonid Mikhelson, director de la gasística Novatek, está valorado en unos 4.000 millones de rublos, unos 4,5 millones de euros. La carga tendría que haber sido descargado en la base para después ser transportada hasta Vostok, en el interior del continente blanco.

Todo se vio truncado en aguas de Angola. El barco comenzó a "dar vueltas" el 18 de octubre. Un grupo de buzos se desplazó hasta la zona. La naviera propietaria del buque, Atomflot, informó de que el buque poseía "toda la navegabilidad" y que la tripulación "no se vio amenazada". Sin embargo, una de las palas de la hélice sufrió daños y el carguero tuvo que ser "reequilibrado". Los trabajos de reparación se alargaron durante todo noviembre, pero sin solventar la avería. El Sevmorput anuló su viaje a la Antártida y tomó rumbo a San Petersburgo.